Las leyendas urbanas latinoamericanas siempre han existido, pero hay leyendas que son mucho más antiguas de lo que imaginamos; tal es el caso del mito de Amalivaca, una historia que pasó de la ficción a la realidad. En Supercurioso somos amantes de las buenas historias, por eso queremos contarte una de las que pervive en las antiguas culturas indígenas venezolanas. ¿Nos acompañas? 🙂
El mito de Amalivaca
En las culturas indígenas del continente americano existen héroes y heroínas que se extienden de manera cada vez más vertiginosa a través de mitos, leyendas e historias que continúan dando vida a todas estas culturas. El mito de Amalivaca es una de esas trazas que ha remontado el tiempo para hacer presencia más allá de la historia documentada. Conozcamos su historia.
Los tamanacos, un pueblo indígena que habitaba en la ribera del río Orinoco, considerado como el río padre de Venezuela por ser el más extenso, creían en la existencia de tres mundos. El primero era el plano superior donde moraba el Dios Sol y los demás dioses celestes: el Trueno, el Rayo, la Lluvia y el Viento. En segundo lugar, estaba el plano medio, donde vivían los hombres, las plantas y los animales que habitaban la Madre Tierra. Finalmente, había un plano subterráneo donde residían los demonios, los duendes, los muertos, los dueños de las aguas y los animales acuáticos.
En este último plano vivía una gigantesca anaconda llamada Lalikilpará que, cansada del ruido de las personas que habitaban las riveras de sus dominios, provocó un terrible diluvio que inundó toda la tierra, llevándose todo a su paso. Este es el origen del mito de Amalivaca; la destrucción causada por el diluvio fue tal que los únicos lugares que quedaron como espacios seguros fueron las montañas, que eran ubicaciones sagradas, ya que sus cumbres estaban más cerca al cielo.
La inundación lo había tapado todo, había destruido las casas, tumbado los árboles, ahogado los habitantes y los animales. Solo dos personas: Amalivaca y su hermano, Uochi, paseaban por encima de este cataclismo. Entonces, preguntaron a los dioses qué debían hacer para repoblar la tierra y estos les explicaron que debían usar las semillas de moriche que llevaban en su canoa.
Los jóvenes se instalaron en una caverna en la montaña. Allí el poderoso Dios Sol les dijo: «He venido de un lugar que está más allá del otro lado del río y quiero que ustedes vuelvan a poblar la tierra». Ante esto, los jóvenes le preguntaron cómo harían ellos para crear gente. En eso el Dios les contestó: «Tomen los frutos de la única palmera moriche que ha quedado. Este es el árbol de la vida. Arrojen sus frutos hacia atrás por encima de sus cabezas.»
El mito de Amalivaca continúa con los jóvenes siguiendo las órdenes del Dios Sol. Y de sus semillas de moriche nacieron hombres y mujeres que repoblaron la tierra. Además, también crearon los ríos, incluyendo al Orinoco, para que las aguas desembocaran en el mar. Llenaron los ríos de peces y la tierra de animales y aves. Asimismo, los descendientes de las semillas cambiaron su actitud hacia la naturaleza. Plantaron cacao, maíz, papas, yuca y otros alimentos, sin maltratar la Madre Tierra.
Así organizaron su vida y vieron pasar muchos siglos, hasta que un día, del mar llegaron unas raras y muy grandes ‘canoas’ de las cuales bajaron gente ataviada con extraños trajes, brillantes y llenos de adornos. Hombres pálidos y con pelos en la cara. Estos misteriosos hombres portaban brillantes espadas y fueron matando, uno a uno, a los tamanacos.
La historia del diluvio universal no solo está presente en la Biblia, es también una de las curiosidades de Venezuela, porque el diluvio universal es propio de muchos pueblos, pero en Venezuela forma una recreación de las primeras raíces americanas. El mito de Amalivaca es por tradición oral uno de los más conocidos de este país, un mito que puede perfectamente emparentarse con otros similares de distintas culturas en lo que se refieren al gran acontecimiento que significó el diluvio universal y como consecuencia de esta, la fundación de una nueva humanidad.
La gran historia del diluvio universal
El mito de Amalivaca es una historia que guarda gran similitud a la historia del diluvio en el antiguo testamento de la Biblia, aunque en este relato el pecado de los hombres fue su abuso hacia el ambiente. Una de las curiosidades de la Biblia nos relata que Dios castigó a la humanidad por sus pecados con un diluvio que inundó el mundo entero, pero antes advirtió a Noé, un hombre justo entre pecadores, que construyera una gigantesca arca. Bajo órdenes de Dios, Noé llenó el arca con su familia y una pareja de cada especie animal, quienes serían los encargados de repoblar la tierra.
Algunos historiadores relatan que el mito de Amalivaca era para la religión tamanaca un esbozo de la trinidad cristiana, estos documentan que: «De Amalivaca los tamanacos hablan como de un hombre que estuvo con ellos en Maita, dicen que andaba vestido, que era blanco». La narración del mito está en varios escritos, incluyendo la de Alexander Von Humbolt quien visitó Venezuela a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, interesándose con especial cuidado en el mito de Amalivaca.
Asimismo, en el siglo XX, dos autores trajeron el mito a colación dentro de la literatura hispanoamericana. La primera de ellas llamada Cubagua de 1931 escrita por el novelista Enrique Bernardo Núñez y la última, llamada Los advertidos de Alejo Carpentier.
El mural del Mito de Amalivaca
Debes saber que el Mito de Amalivaca es también un mural que relata el mito de este personaje. Esta increíble y monumental obra se ubica en el Centro Simón Bolívar y es una pieza de César Rengifo, un artista muralista inclinado por el muralismo mexicano e influenciado por Frida Kahlo y Diego Rivera, que creó esta obra en su afán de homenajear los pueblos originarios de Venezuela.
Esta obra comenzó en 1954 y terminó en 1955, mide aproximadamente 28 metros de largo y casi 3 metros de altura. Está compuesta por fragmentos de cristal que resultan al final ser un gran mosaico. Como te decíamos, el mito de Amalivaca se encuentra presente en la cultura de muchos pueblos, no solo en el cristianismo y la mitología indígena, sino también en la mesopotámica, china, hindú y griega.
De hecho, hay algunas corrientes de pensamiento que respaldan la posibilidad de que exista alguna base histórica para este mito. Cuéntanos ¿qué opinas del mito de Amalivaca? Te leemos. Si quieres conocer más sobre mitología, te invitamos a conocer la historia de Lamia en la mitología griega, ¡te encantará!