Anubis es uno de los dioses del Antiguo Egipto —junto a Isis, Osiris y Horus— más importantes y populares dentro de la mitología egipcia. Anubis, el dios egipcio, no solo fue admirado en la religión del Antiguo Egipto, si bien en ella tuvo un importante papel como el dios funerario, te sorprenderá saber que en Roma también lo adoraron, todo por su carácter militar. ¿Quieres saber más sobre su historia? ¡En Supercurioso te contamos todo! 😀
Anubis, dios egipcio funerario
Anubis es uno de los dioses más antiguos del panteón egipcio y cuenta con varios e inquietantes nombres: «El señor de la tierra sagrada o de los cementerios», «Señor de las cavernas», «Señor de los embalsamadores», o «El que tiene dos corazones». Se le representa con esa inconfundible figura a medio camino entre un chacal y un perro negro y con esa cabeza de can cubriendo una figura humana… Pero lo cierto es que el dios egipcio Anubis es un misterio sin resolver para la mitología. Te preguntarás por qué, bueno, como te mencionamos anteriormente, Anubis es un dios en la mitología egipcia antropomorfo, si bien estuvo presente durante mucho tiempo en la religión, este posteriormente fue reemplazado por Osiris.
1. El origen de Anubis
Aunque el nombre de Anubis tiene muchos significados, como te diste cuenta, tampoco tiene una traducción exacta. En algunos libros del Antiguo Egipto suele significar «pudrirse» o «hijo del rey». En cualquier caso, la genealogía de Anubis también es algo incierta, pues las fuentes le adjudican varios progenitores. Para los egiptólogos, el mayor problema lo constituye la madre de Anubis. Fuentes como los Textos de los Sarcófagos lo consideran hijo de Bastet o de Hesat. No obstante, la historia más consolidada sobre el origen del dios egipcio Anubis proviene de Plutarco de Queronea. En una de sus historias: De Iside et Osiride, se dice que Anubis era fruto de la unión de Osiris con su hermana Neftis y, por lo tanto, un hijo bastardo, ya que Osiris estaba casado con otra de sus hermanas, Isis.
Anubis, el hijo ilegítimo de Osiris
Se sabe que la tradición de relacionar a los chacales con este dios del más allá se debía al terror que causaba a los egipcios ver merodear por las necrópolis a estos animales hambrientos, capaces de destrozar alguna de las tumbas y de sacar los restos de los fallecidos. Algo que violaba su tradición de mantener incorruptos los cuerpos para su viaje al más allá. ¿La solución? Ensalzar como protector a un dios con aspecto humano que tuviera la cabeza de un chacal.
En tiempos posteriores y a lo largo del Imperio Medio, la figura de Anubis en la mitología egipcia perdió un poco de fuerza en la dimensión del ultra-mundo a favor de Osiris, como te comentamos, dejando al dios chacal como guía de las almas hacia el más allá y, sobre todo, como gran embalsamador. Como poseedor de estas artes excepcionales y de los rituales de momificación.
El mito de Anubis el dios egipcio, tiene sus raíces en la clásica historia del rey Osiris, que bien merece ser recordada. Así Plutarco nos narra la concepción del dios en la mitología egipcia:
«Isis, al enterarse de que Osiris enamorado tuvo relaciones con su hermana por error, tomándola por ella, y ver una prueba en la corona de meliloto que él había dejado junto a Neftis, buscó al niño (pues la madre, inmediatamente después de dar a luz, lo dejó abandonado por miedo a Tifón). Y cuando fue encontrado, con dificultad y trabajo, con la ayuda de perros que la conducían, Isis lo alimentó y llegó a ser su guardián y acompañante, recibiendo el nombre de Anubis, y se dice que guarda a los dioses como los perros guardan a los hombres».
2. Anubis y Osiris
Isis no le guarda rencor al dios egipcio Anubis, sabe que él —al igual que ella— domina las artes más oscuras y que puede ayudarla a realizar el milagro. Osiris, tras ser asesinado, fue desmembrado en 14 partes y disperso por todo Egipto para que no fuera encontrado. La fiel Isis fue recogiendo cada pedazo, uno a uno, excepto el pene, que ya había sido devorado por unos peces del Nilo. A pesar de ello, la sabia mujer consigue una perfecta réplica. Tras obtener cada parte del ultrajado cuerpo de su esposo, acude al sabio Anubis, alguien con quien guarda una extraña relación…
El Dios chacal confecciona un vendaje especial, creando así la que será la primera momia de la historia. Tras esto, es la propia Isis quien devuelve la vida a Osiris, logrando concebir un hijo: Horus, quien finalmente, daría muerte al malvado Seth. Tras esto, el rey Osiris abandona a su familia y se adentra en el reino de los muertos, donde ejerce sus derechos como regente del más allá, ayudado siempre por su hijo ilegítimo: Anubis; esta es justo la razón por la que se dice que Osiris reemplazó a Anubis en su cargo.
3. El gran maestro momificador
La sociedad del Antiguo Egipto esperaba renacer en la otra vida, y ser admitidos al reino de Osiris, pero antes de llegar a ese lugar, cada persona debía pasar por el Tribunal Divino, el cual se encargaba de examinar la conducta de las personas en el mundo terrenal. Era justo en ese momento cuando Anubis el dios egipcio, se encarga de llevar al difunto hasta el tribunal, y ¿cómo lo hacía? Con el embalsamiento egipcio.
Fueron Heródoto, gran historiador griego del siglo V a. C, y Diodoro de Sicilia quienes nos trajeron una descripción exacta de las técnicas de embalsamiento de los egipcios. Ellos nos ofrecen testimonio de esos embalsamadores que se colocaban sobre la impactante cabeza del dios Anubis para purificar y embalsamar el cadáver, para hacer de aquel cuerpo sin vida una entidad incorruptible y dotada de una eternidad digna para viajar al más allá.
Una de las curiosidades de Anubis era que este dios de la mitología egipcia causaba demasiado miedo. Era esa deidad de imagen impactante que disponía de toda la sabiduría sagrada con la que uno podía ser digno o no en el ultra-mundo. Era el «Señor de los secretos», quien conocía todos los rituales, las técnicas y también las palabras mágicas adecuadas. En muchas representaciones del Antiguo Egipto se puede ver a través de murales, pinturas y esculturas, encorvado junto al cadáver y manipulándolo al dios Anubis. Y junto a él, su padre, el Dios Osiris, al que Anubis solía llevar el alma del fallecido para que fuera juzgada.
Te contamos que cuando la persona moría, el cuerpo del difunto se disponía sobre una mesa de piedra, madera o alabastro, cuyas patas y decoración tenían forma de león. Uno de los sacerdotes se colocaba la máscara de Anubis el dios egipcio, dios protector de la momificación y los embalsamadores. La momificación se efectuaba en todas las capas de la sociedad, pues cada egipcio debía ser capaz de alcanzar la vida después de la vida terrenal, aunque los grados de la técnica podían variar inmensamente.
Cuidado, si uno no era digno, el castigo era más que terrible. ¿Te imaginas ser devorado por un monstruo mitad hipopótamo mitad cocodrilo? Era la diosa Ammit, la devoradora, quien impedía que toda alma corrupta y malvada pudiera alcanzar aquello que todo egipcio ansiaba: la eternidad. Si quieres conocer más sobre el despiadado más allá en el Antiguo Egipto, no puedes perderte este artículo.