En Supercurioso te hemos hablado tanto de la cultura vikinga como de la árabe. ¿Sabías que una vez coincidieron? ¡Conoce este episodio tan y tan curioso!

Los devoradores de cadáveres

En 1999, el actor Antonio Banderas interpretó el papel de un emisario árabe que durante la Edad Media acompaña en su lucha a un grupo de vikingos. El film se llama El guerrero número 13 (The 13th Warrior, película a la que pertenece nuestra imagen de portada) y está basado en la novela de Michael Crichton, Los devoradores de cadáveres. A su vez, el autor de otros éxitos llevados al cine y la televisión como Parque Jurásico o ER, se basó en el testimonio de Admah ibn Fadlan, titulado Kitāb ilà Malik al-Saqāliba (por si quieren leerlo en árabe, كتاب إلى ملك الصقالبة).

daga marroquí

En el 921 de nuestra era, ibn Fadlan salió de Bagdad con la misión de unirse como secretario al embajador del califa ante el rey de los búlgaros del Volga, pero llegando a este río fueron interceptados y capturados por un grupo de rus –de donde proviene el nombre de Rusia– o varegos, es decir, vikingos. El grupo agresor decidió llevar consigo a ibn Fadlan en su campaña de guerra y saqueo, y éste tuvo la oportunidad de describir sus costumbres y hasta de observar los rituales funerarios de este pueblo entonces muy temido, pero poco conocido.

Finalmente lo dejaron ir y volver a Bagdad, donde pudo contar su historia.

Arde Sevilla

No era el primer encuentro de un musulmán con un vikingo, y los contactos entre ambas culturas tampoco solían terminar tan bien. En agosto del año 844, ochenta naves vikingas aparecieron frente a las costas de Al Ándalus, asolaron los alrededores y asediaron Sevilla hasta tomarla dos meses después, cuando quemaron la ciudad, asesinaron y violaron, y tomaron como esclavos a los sobrevivientes.

El éxito fue tal que, antes de retirarse del todo, los vikingos decidieron volver nuevamente a la ciudad en noviembre, pero esta vez el ejército andalusí los esperaba y logró emboscarlos, muriendo más de mil normandos y siendo capturados unos cuatrocientos.

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Quince años después los vikingos regresaron, y aunque las murallas de Sevilla habían sido reforzadas, lograron entrar y quemar una mezquita (donde actualmente se encuentra la iglesia de San Salvador). Fue esta última acción la que llevó al emir andalusí a ordenar la construcción de una flota para repeler a los normandos, y a enviar un embajador al norte de Europa para hacer saber a los vikingos que no se aceptarían más incursiones.

Y así comienza la historia de Al Ghazal, primer embajador musulmán entre los vikingos.

Mahoma va a tierras de Odín

El califa Abderramán II envió a Al Ghazal, un hombre sabio y experimentado, que ya había sido diplomático ante Bizancio, acompañado por vikingos sobrevivientes, con el objeto de dejar bien claro que si había un nuevo ataque al califato la respuesta sería arrasar el norte, pero también había interés en establecer relaciones comerciales, y hasta una posible alianza contra los cristianos.

dioses vikingos

Al Ghazal (la gacela), nacido en Jaén y cuyo nombre completo era Abu Zakariyya Yahya b. Hakam al-Bakri al-Jayyani, pasó veinte meses entre los vikingos, en Dinamarca y Noruega. Se sabe de su viaje por testimonios indirectos, pero aún así se trata del primer relato occidental sobre cómo era la vida en este pueblo que, antes de su decadencia en el siglo XI, marcó la vida y las instituciones de toda Europa.

califato de córdoba

El contacto entre ambas culturas siguió hasta la desaparición de los vikingos como fuerza guerrera. Sin embargo, la alianza contra los reinos cristianos nunca cristalizó, pues los vikingos se adhirieron a la fe cristiana.

La historia siempre trae datos curiosos e interesantes, y ya sabes que si quieres conocer otros pasajes históricos curiosos, puedes leer nuestro artículo sobre la Guerra de las Termópilas o sobre el batallón sagrado de Tebas.