Quizás el título de este artículo te resulte sorprendente, ¿desde cuándo los animales se llevan a juicio? Al parecer desde la tan conocida Edad Media hasta el siglo XVII, los juicios de animales eran tan normales como los juicios contra personas.

Hoy recogemos algunos de los casos que nos hacen ¡enloquecer! Casos dignos de una película de ficción que han sido reales.

¿Te animas a descubrirlos?

La desdichada cerda

El 10 de enero de 1457 una cerda fue juzgada por homicidio y asesinato de un tal Juan Martín. La cerda fue colgada de las patas traseras de un árbol y sus lechones se salvaron por no poder probarse si comieron del cadáver.

cerdos

La cerda fue ejecutada y se desconoce si los cerdos del pueblo presenciaron la ejecución, pues en la época se tenía en cuenta esto como una lección para que no se volviese a repetir. Otro acto demencial y escalofriante por parte del ser humano.

Ratones a juicio

En año 1519 unos ratones campestres fueron condenados por comerse la cosecha de los campos. Aún en ausencia de los propios ratones, se celebró un juicio con todas las de la ley.

Se aportaron pruebas, se escucharon los alegatos de la acusación, al abogado defensor y se leyó la sentencia del juez. Los ratones fueron expulsados a excepción de: «…en el caso de que algunas hembras entre dichos animales se hallasen preñadas, o fuesen incapaces de emprender el viaje por su corta edad, para dichos animales se asegurará protección durante otros catorce días».

Que los ratones obedeciesen a esta orden de expulsión lo desconocemos… Probablemente, la ignorasen. ¡Sin palabras!

Los cuervos chillones

En el año 1300, en Inglaterra, unos cuervos fueron condenados porque en el juicio no se podía distinguir aquellos que gritaban su inocencia de aquellos que se consideraban culpables. ¿El resultado? Una brutalidad: condena masiva de todos los cuervos sin excepción.

El gato casanova

Un gato fue condenado a pasar un mes encerrado en una jaula por cortejar, sin autorización, a una gata cuya dueña tenía muchos principios morales. ¡Qué osado el gato! Era todo un casanova, injustamente castigado.

El perro cómplice

Un perro fue condenado por ser cómplice de un ladrón que lo había entrenado para dicho oficio. El ladrón perdió su mano derecha, pero el perro recibió 20 azotes antes de dejarlo en libertad. Una vez más, un animal recibió un castigo por la influencia de un ser humano. ¿O acaso habría robado de no ser por el adiestramiento?

La elefanta ahorcada

Mary era una elefanta que, en 1916, atacó a uno de sus guías que debía «adiestrarla» o «conducirla» para los espectáculos y desfiles de un Show.

elefante

El propietario de esta elefanta sabía que nadie iría a ver un espectáculo con una elefanta asesina, por lo que se pensaron diversos métodos para su muerte.

El primero fueron las armas de fuego, pero su piel era muy resistente. El segundo fue electrocutarla, pero tampoco surtió efecto. La tercera opción fue atarla con cadenas a dos locomotoras e intentar desmembrarla. Al final, decidieron colgarla de una grúa de los ferrocarriles y ahorcarla. Terrible.

Herencia perruna

En 1948 dos perros Setter Irlandeses recibieron una herencia de un abogado de Los Ángeles. Ni más ni menos que 1500 libras esterlinas, aproximadamente unos 2000 euros.

El juez, después de unas semanas, citó a los canes para que recibiesen su herencia pero, desafortunadamente, se les fue denegada por no contestar de forma razonable a las preguntas del juez.

Son muchas las situaciones que llevaron a ciertos animales a juicio. Situaciones que nos sorprenden y a las que no podemos dar crédito. ¿Conoces alguna historia más?

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