La Navidad es sin duda la época del año en la que afloran los más lindos sentimientos. La unión familiar, la alegría de montar el árbol navideño en casa, el disfrute de los platos típicos con los que se celebran estas fiestas alrededor del mundo y la tan ansiada llegada de Papá Noel, son algunos de los motivos por los que tantas personas en el mundo son en Navidad un poco más felices. Y para los amantes de la literatura, se suma una razón extra: los cuentos de Navidad cortos, ideales para pasar una navidad con niños.
Esta época del año ha sido inspiración para que autores de la talla de Tolstoy, Bécquer, Guy de Maupassant, Chéjov o Louisa May Alcott, se animaran a apuntar su pluma a la creación de los más enternecedores cuentos de navidad para niños. Hoy en Supercurioso nos hemos animado a descubrir algunos de ellos. ¿Nos acompañas a viajar por los mejores mundos de fantasía navideña? ¡Pues empecemos!
8 Cuentos de Navidad cortos y encantadores
1. «La Navidad especial de Papa Panov» por León Tolstói
«La Navidad especial de Papa Panov» es uno de los cuentos de Navidad cortos más conocidos y quizá recuerdes haberlo oído en tu infancia. Narra la historia de Papá Panov, el zapatero de un pequeño pueblo ruso, que la víspera de Navidad se duerme y en sueños oye la voz de Jesús, diciéndole que al día siguiente irá a visitarlo. Cuando despierta, prepara un buen desayuno y mira por la ventana esperando que llegue Jesús. En ese momento ve al pobre barrendero, trabajando arduamente con su escoba, a pesar de ser el día de Navidad. Compadecido, lo hace entrar y le ofrece un abundante plato del comida. El hombre lo come con ansias y luego se marcha agradecido.
Hacia el mediodía, sigue mirando por la ventana a la espera de su invitado, cuando ve a una madre con su hijito muertos de frío. Los ve tan indefensos, que abre la puerta, los llama e invita a entrar. También les sirve un plato de comida, y al ver al niño descalzo le regala los zapatitos que tenía preparados por si venía Jesús. Por la tarde, sigue oteando el horizonte sin que llegue Jesús, pero ve un grupo de mendigos y también los invita a su casa, ofreciéndoles calor y un humeante plato de sopa a todos.
Al llegar la noche, se sienta en su sillón un poco decepcionado: Jesús no lo ha visitado. En ese momento oye la voz del Salvador que le dice que sí, que ha estado en su casa. El barrendero, la madre y el niño y los mendigos eran el propio Jesús y él los ha vestido, alimentado y calentado, demostrando la infinita bondad de su alma. El corazón de papá Panov se llena de gozo y solo «quería empezar a cantar y a reírse y a bailar de pura alegría». Sin duda es uno de los más lindos cuentos de navidad para niños, que nos dejan el mensaje de que la bondad no debe ser medida por a quién nos dirijamos, sino que debe privar en nuestras acciones, y manifestarse ante cualquier persona con quien nos encontremos en el camino.
2. «Maese Pérez el Organista» de Gustavo Adolfo Bécquer
El segundo de estos cuentos de Navidad cortos ocurre en Sevilla, en la Iglesia del convento de Santa Inés. Maese Pérez es el organista de la parroquia. Es ciego, pero toca como los ángeles. Su momento estelar es la misa de Nochebuena. Ese año, parece que no llegará a tiempo y hay otro organista preparado. Finalmente aparece Maese Pérez muy enfermo y se pone a tocar el órgano. Al llegar a la consagración, se oye una discordante y el órgano enmudece. El maestro ha muerto mientras tocaba, acompañado de su hija. Al año siguiente nadie quiere tocar en la misa de Nochebuena y el otro organista dice finalmente que él lo hará. Resulta magnífico y al salir el obispo lo reclama para tocar al año siguiente en la catedral. El organista le dice que sí, que no volverá a tocar ese órgano de la parroquia nunca más, porque es viejo y no suena bien.
La siguiente Nochebuena, prácticamente nadie acude al convento de Santa Inés. La hija de Maese Pérez, que ha profesado como novicia, es maestra de música y le proponen que toque ella el órgano. La joven explica a la superiora que ha visto una sombra tocando el viejo órgano con maestría sin igual. La Madre le dice que lo ha imaginado y que toque sin miedo en la misa. Cuando llega la consagración, se oye la música y un grito femenino. Es la hija de Maese Pérez que avisa de un prodigio. Tocando el órgano está su padre o el alma de su difunto padre ya que se mueven las teclas, pero no se ve a nadie. El pueblo de Sevilla y su obispo lamentaron no haber estado presentes en el prodigio y creyeron firmemente que el alma del organista estaba unida a la de su instrumento el día de Nochebuena. El concierto del otro organista en la catedral, fue un fiasco.
3. «Cuento de Navidad» de Guy de Maupassant
Y seguimos descubriendo los más originales cuentos de navidad para niños, con esta curiosa historia de Guy de Maupassant. Narra la experiencia del Dr. Bonefant, quien presencia un milagro de Nochebuena. Era un médico rural, encargado de velar por la salud de los habitantes de Rolleville, un pequeño pueblo en Normandía. Se vivía una nevada como nunca antes, y las personas procuraban mantenerse a salvo en sus hogares. Tan aterradora era la tormenta de nieve, los vientos huracanados y los sonidos de la naturaleza, que se llegó a creer que se trataba de algún evento sobrenatural. El espanto invadía las conciencias.
Fue entonces cuando, en la casa del herrero del pueblo se acabaron las provisiones. El hombre salió a comprar el pan, y de regreso encontró un extraño huevo blanco en la nieve. Se lo entregó a su mujer, quien de inmediato sospechó que podría haber algo raro en el huevo. Sin embargo, se lo comió. Al poco rato empezó a convulsionar y enloquecida gritaba que algo la había poseído. Acudió el Dr. Bonefant y también el cura del pueblo que quería practicarle un exorcismo. Decidieron llevarla a la misa de Nochebuena a pesar de la incredulidad del médico.
Cuatro hombres fueron a buscarla y la llevaron a la sacristía de la iglesia. Pasada la consagración la presentaron frente al altar y el sacerdote le presentó la custodia. La mujer chillaba y se retorcía hasta que quedó pasmada y luego dormida. Despertó dos días después, sin recordar nada de la posesión ni del exorcismo de la Noche de Navidad. El cuento explica que el Dr. Bonefant, a pesar de no ser creyente, se vio obligado a dejar por escrito el extraordinario hecho que había presenciado.
4. «El Árbol de Navidad» de Antón Chéjov
A pesar de que fue la dramaturgia el área de mayor producción del ruso Antón Chéjov, también es el autor de varios cuentos de Navidad cortos, que resultan encantadores y especialmente, aleccionadores. El árbol de Navidad, nos relata la historia de Vanka Chukov, un niño de 9 años que al quedar huérfano es enviado a Moscú a aprender el oficio de zapatero en casa del maestro Alojin. La Noche de Navidad, Vanka queda solo en la casa, junto al fuego, y escribe una carta a su abuelo, el único familiar que le queda. En ella recuerda como pasaban las Navidades en la casa de campo en la que el abuelo es el guarda, y como salían a cortar el árbol de Navidad.
Le explica lo desgraciado que es en Moscú, como Alojin le pega y lo trata peor que a un perro, y sus compañeros aprendices, mayores que él, abusan de su inocencia. Le pide que vaya a buscarlo cuanto antes y se ofrece para realizar cualquier trabajo cuando esté con él. Cuando acaba la carta, coge un sobre que llevaba tiempo guardando y mete la hoja dentro. Al escribir la dirección pone: «En la aldea, a mi abuelo» y por si no está claro añade su nombre «Constantino Makarich». Sale de la casa y deposita la carta en un buzón esperando que el servicio postal la recoja y la haga llegar al abuelo. Vanka se duerme esa noche feliz y lleno de esperanza. Este es uno de los cuentos de navidad para niños que mejor alimentan la fe en un porvenir más feliz.
5. «La Navidad de Tilly» de Luisa May Alcott
Seguimos en este recorrido por los mejores cuentos de Navidad cortos, con «La Navidad de Tilly», una historia de Louisa May Alcott, la misma autora de Mujercitas. En el cuento es narrada la historia de Tilly, una pequeña niña que vive con su madre en la más absoluta pobreza. La víspera de Navidad regresa de la escuela con dos amigas y expresa en voz alta los regalos que desearía tener para Nochebuena, pero que sabe que no llegarán a sus manos por la pobreza en la que viven. El grupo sigue avanzando y en el camino encuentran un pajarito que está muriendo de frío en la nieve. Tilly lo recoge, a pesar de que sus amigas le dicen que se irá y la dejará o que no sacará nada de él.
La niña, que no iba a tener ningún regalo de Navidad, lo toma como un presente. Llega feliz a su hogar, cuida al pajarito y comparte una frugal cena con su madre. Se meten pronto en la cama y bajo las cobijas, ya que la leña se está acabando. Durante la noche, Tilly cree ver una sombra en la ventana. Al día siguiente abren la puerta de la casa y encuentran leña y todos los regalos que la niña había deseado. Ella piensa que ha sido cosa del pajarillo que es mágico, pero en realidad fue su vecino rico que la oyó hablar de sus deseos y se conmovió con la manera como cuidó a la pequeña avecilla. Se trata de uno de los cuentos de navidad para niños que hace renacer la esperanza de que la vida, aún con realidades duras, puede sonreírnos.
6. «La Niña de los cerillos» de Hans Christian Andersen
Si de clásicos de la literatura infantil hablamos, pocos alcanzaron tanto renombre como Hans Christian Andersen. Autor de obras emblemáticas de la niñez de muchos de nosotros, fue un verdadero maestro de la ilusión. Cuentos como La Sirenita, El soldadito de plomo, El Patito Feo, El Ruiseñor o El traje nuevo del Emperador, nacieron de su ingeniosa pluma. Pero Andersen también supo escribir uno de los más tristes y conmovedores cuentos de navidad para niños: La Niña de los cerillos, también llamado La pequeña vendedora de fósforos.
Esta enternecedora historia trata sobre una hermosa niña, que la noche de Navidad recorría las calles en medio de un crudo invierno. Al salir, iba calzada con zapatillas que pertenecieron a su madre, pero le quedaban tan grandes que en el camino las perdió. En su delantal llevaba un manojo de cerillos, que ofrecía para la venta. Pero en plena noche de Navidad, nadie se detenía a observar a la pequeña, y menos a comprar sus cerillos. No se atrevía a volver a casa con las manos vacías, pues tenía temor de que su padre le pegara. Además, en su humilde hogar también hacía frío.
La pequeña se sentó en un rincón y contrajo su cuerpo, tratando de abrigarse un poco. Pensó en que si lograba encender al menos un cerillo, podría calentar un poco sus manos. Lo hizo y apareció ante ella una luz reconfortante que se esfumó pronto. Encendió el siguiente, y vio ante sus ojos un hermoso árbol de Navidad y una abundante y deliciosa cena. Con el tercer cerillo, la pequeña encontró a su abuela, la única persona que la había amado en verdad y que había muerto hacía años. Le pidió que la llevase consigo, y así la niña se fue, tomada de la mano de su abuela. Al día siguiente, la ciudad se sorprendió con el hallazgo de una pequeña y hermosa niña, muerta de frío.
7. «Cuento de Navidad» de Charles Dickens
Y si de cuentos de Navidad para niños que resulten inolvidables hablamos, «Cuento de Navidad» de Charles Dickens es una de las historias más encantadoras. Tal fue su popularidad, que en su versión cinematográfica se cuenta entre las películas navideñas más emblemáticas de todos los tiempos. Cuenta la historia del viejo Ebenezer Scrooge, un hombre avaro, mezquino y de mal carácter, que no para de maltratar a su sobrino y a su fiel empleado. Al parecer, lo único que le interesa en verdad, es hacer crecer su ya inmensa fortuna.
Pero la Nochebuena le traerá una vivencia estremecedora. En plena Navidad, Mr. Scrooge es visitado por los fantasmas de la Navidad pasada, presente y futura. Estos espíritus lo llevan a dar un viaje por su propia vida, y por realidades que se ha negado a ver. Entonces comprende cuánto tiempo ha perdido, siendo avaro, malévolo y ruin. A su vuelta de aquel viaje espiritual, se dispone a cambiar, a dejar entrar la bondad a su corazón e intentar reparar los daños que con sus malos tratos, ha causado en las personas que, a pesar de todo, lo quieren.
8. «El pavo de Navidad» de Manuel de Andrade
Y cerramos este fascinante viaje por los más emblemáticos cuentos de Navidad cortos, con una historia de sencillez exquisita. Aunque no es especialmente para niños, su potencia narrativa la convierte en una lectura valiosa para Navidad. Cuenta la historia de un joven que es visto por su familia como el loco, la oveja negra. En su casa se preparan para vivir la primera Navidad desde la muerte de su padre. Aquel, un hombre de austeridad extrema, siempre prefirió vivir una cena de extrema sencillez, solo dominada por las nueces y las castañas.
Pero nuestro protagonista, decidido a vencer el recuerdo triste y un tanto sombrío del fallecido, apuesta a crear una nueva forma de vivir la Navidad, y al mismo tiempo, una nueva dinámica de amor familiar. Dice a viva voz: ¡Quiero comer pavo para Navidad! Aquella cena de lujo estaba totalmente fuera de las costumbres familiares, y aunque todos se sorprendieron al inicio, terminaron por apoyar su iniciativa. Aquel año, los cinco miembros de la familia sentados alrededor de la mesa, disfrutaron de un pavo extraordinario, de una cena deliciosa acompañada de dulces y cerveza, y del renacer de una nueva forma del amor.
Estos cuentos de Navidad para niños y adultos, cada uno con su esencia, personajes y moraleja, deja una hermosa huella en quien los escucha. Amor y unión en familia, renacer de la bondad en el corazón, compasión y empatía por el prójimo, solidaridad y compañerismo, son algunos de los valores que viven entre sus frases. Si te han gustado estas historias, no dudes en dejarnos tus impresiones en un comentario.
Más allá de los cuentos de navidad
Si eres de los que más disfrutan del espíritu navideño, quizá te interese conocer los siguientes artículos sobre la navidad y todo lo que la rodea.