¿Sabías que uno de cada cuatro presos en el mundo lo es en Estados Unidos de América? Así es, el 25% por ciento de la población penitenciaria mundial paga condenas en el país que no ha dudado en adjudicarse el título de paladín de la libertad y de los derechos civiles.
En las cárceles de este país hay aproximadamente 2.300.000 prisioneros, pagando condenas por delitos que van desde haber hecho un cheque falso o no haber pagado multas de tránsito, hasta el robo y asesinato. El segundo país con más detenidos es China, con 1.600.000 presos, pero con una población que cuadruplica la estadounidense.
Claro, en China hay cientos de miles de detenidos por razones “administrativas”, en campos de trabajo forzados que no aparecen como prisioneros (presos políticos); un modelo de “campo de concentración light” creado y exportado por la extinta Unión Soviética y que sigue funcionando en países como China y Corea del Norte.
La gran nación del norte es también la primera en cantidad de presos por cada cien mil habitantes, 751, lo que equivale a uno de cada cien adultos de este país. Si no sientes la enormidad de esta cifra puedes compararla con la de Inglaterra, 150, o Alemania, 88, por no mencionar Suecia, que en 2013 comenzó a cerrar prisiones por falta de detenidos.
EE.UU. comparte este dudoso honor con naciones como Cuba, la Federación Rusa, Tailandia, Bielorrusia, Panamá y El Salvador.
Los 2.300.000 detenidos se encuentran hacinados en 1.718 prisiones estatales, 102 centros penitenciarios federales, 2.258 cárceles para jóvenes, 3.283 presidios locales y 79 en reservas indias. No se incluyen en estas cifras las prisiones militares ni los centros de detención migratorios.
Aventurando una explicación
¿Cómo explicar la existencia de tantos detenidos en un país donde el índice de delitos violentos no ha cesado de disminuir desde la década de los noventa del siglo pasado?
Existen diversas interpretaciones, pero en general la mayoría apunta al peso de las desigualdades económicas y sociales, a las tensiones generadas por el racismo, y a una obsesiva persecución –no siempre justificada– del consumo y tráfico de estupefacientes.
Otras cifras avalan estas conclusiones y las interrelacionan: según un informe de Human Rights Watch (el Observatorio de Derechos Humanos) realizado en 2014, aunque los afroamericanos son sólo el 13% de la población de Estados Unidos, un 44% de los detenidos en prisiones federales por drogas pertenece a este grupo.
De hecho, según la Oficina de Estadísticas Judiciales de Estados Unidos, el 3% de la población masculina negra se encuentra en prisión, por lo que no es de extrañar que algunos autores, como la profesora Michelle Alexander, de Ohio, afirmen que hoy en día haya más afroamericanos en las prisiones que esclavos en 1850.
Hay también una presencia notable de presos extranjeros, más de 50.000, de los cuales un 60% son mexicanos.
¿Conoces el sistema penal de tu país? No siempre las funciones de “vigilar y castigar” son cumplidas por los estados sin cometer errores, pero sólo los descubrimos cuando caemos en sus maquinarias.
Si quieres, comparte tus opiniones con nosotros, y recuerda que también puedes saber sobre otras cárceles de otras épocas, como estos campos de concentración.