Como seguramente conoces por otros de nuestros artículos, nos apasionan los lugares extraños, curiosos, increíbles de este nuestro único mundo. Tal como ocurre con este lugar remoto, entre Rusia y Japón, justo al borde de la placa euroasiática que se une lentamente a la placa del Pacífico.

¡Increíbles islas Kuriles!

Constituye un arco insular, que es un cierto tipo de archipiélago formado a medida que una placa tectónica oceánica genera una subducción contra otra placa produciendo su fusión y la consecuente subida de magma.

Isla Onekotan
Isla Onekotan

Estas islas son de una belleza capaz de cortar el aliento. Se trata de un conjunto de 56 islas en las que se reparten algo más de 100 volcanes, 40 de ellos aún activos. Sólo 7 están habitadas por aproximadamente 20.000 personas. Sin embargo, aquí no hay turismo, ni posibilidad de que puedas visitarlas libremente. De hecho, necesitas permisos especiales para entrar en cada una de ellas. A menos que seas millonario y tengas a tu disposición un buen barco o un helicóptero.

Zorrito ártico
Zorrito ártico

Por lo demás, sólo se ven esporádicas patrullas militares, pescadores locales y una exótica fauna salvaje.

Rusia y Japón

Pertenecen desde el siglo XVIII a Rusia, quien las arrebató a sus habitantes primigenios, los ainúes. Ellos son un grupo indígena de Hokkaidō y norte de Honshu, en el Japón septentrional, y de la mitad meridional de la isla de Sajalín en Rusia. Se les relaciona en la actualidad con los primeros pobladores de Asia y Siberia.

Columnas de basalto en la isla Kunishir
Columnas de basalto en la isla Kunishir

Pues bien, Rusia se quedó con ellas, y Japón, a través del Tratado de San Petersburgo las recuperó en 1875, a condición de ceder la isla de Sajalín a Rusia. Sin embargo, tras la Segunda Guerra Mundial Rusia volvió a capturarlas, y mediante la firma del Tratado de San Francisco, las anexionó a la Unión Soviética. Aun así, Japón insiste en su reivindicación sobre las islas más meridionales (Etorofu, Kunashiri, Shikotan y las Habomai, que en Japón se conocen como Territorios del Norte).

De allí proviene el conflicto entre estos dos países, conocido como conflicto de las Kuriles.

Datos curiosos sobre este lugar

La cadena de islas forma un arco de volcanes de más de 1.300 kilómetros de largo, de Kamchatka a Hokkaidō.

El paisaje es impresionante, con bahías inaccesibles y cráteres en medio de valles arropados por una niebla perenne, característica de estas islas.

Poseen una gran riqueza en algas y pescado, lo cual significa comida, mercado y abastecimiento. Quizá una de las razones de su litigio.

niebla

Hacia el sur, la isla Simushir presenta una cadena de volcanes interconectados, y en el interior de la bahía norte pueden encontrarse los restos de una base secreta de submarinos.

Isla Ushishir, grietas entre sus paredes
Isla Ushishir, grietas entre sus paredes

Otra isla, la más asequible para viajar, es Kunashir, donde, de poder entrar, admirarías sus imponentes columnas de basalto. Estas columnas están situadas a lo largo del cabo Stolbchaty, en la mencionada isla, y se formaron gracias al enfriamiento y solidificación del magma, que crearon rocas ígneas. La belleza de la naturaleza es impactante. Así como el campo de fumarolas en el valle del volcán Mendeleyeva.

Formaciones rocosas de basalto, en el cabo Stolbchaty
Formaciones rocosas de basalto, en el cabo Stolbchaty

O el volcán Krenitsyn, que se encuentra en Onekotan (otra de las islas), y forma una isla dentro de otra.

Son innumerables los volcanes y las islas, su belleza imponente y la soledad que se respira en este rincón marítimo, asediado por dos potencias, Rusia y Japón.

Erupción del volcán Sarychev, captada en los primeros estadios por las cámaras de la Estación Espacial Internacional en 2009
Erupción del volcán Sarychev, captada en los primeros estadios por las cámaras de la Estación Espacial Internacional en 2009

Si algún día logras ir, te recomendamos que te prepares para un clima extremo y pocas conexiones con el continente, lleves una bolsa llena de dinero y una gran capacidad para la curiosidad y experiencias intensas.

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Puedes darte fabulosos baños de barro en la caldera de Golovnina y admirar los osos y los zorritos árticos… con mucho cuidado.

¿Te pareció interesante este increíble lugar? Pues entonces lee nuestros dos artículos sobre lugares extraordinarios.