En Supercurioso indagamos y te contamos sobre las historias de algunas de las prostitutas más famosas de la historia. ¿Qué las llevó a ejercer este oficio? ¿Necesidad o simplemente lujuria? Descubre la segunda parte de esta interesante lista.
Las prostitutas más famosas
1. Julia Bulette
Julia fue la dueña de uno de los burdeles más importantes de la ciudad de Virginia, “Julia´s Palace”, allí contrataba a otras prostitutas provenientes de San Francisco y las vestía con las telas más finas traídas directamente desde París. Además ofrecía a sus clientes uno de los ambientes más refinados, con una decoración muy elegante, comida francesa y el mejor vino.
Julia Bulette nació en Londres, Inglaterra en 1832, a temprana edad se mudó junto con su familia a Estados Unidos, en donde más tarde se casaría con un hombre conocido como Smith, del cual se separaría tiempo después. En 1859 llega a la ciudad de Virginia, donde rápidamente se convierte en prostituta llegando a cobrar la escandalosa cifra de hasta 1.000 dólares por sus servicios.
Con sus magníficos ingresos, Julia fue capaz de construir un impresionante burdel, el “Julia´s Palace”, convirtiéndose así, en uno de los lugares de placer para caballeros más famosos y exclusivos de la ciudad.
Por otro lado, a Julia se le describe como una hermosa mujer, alta, delgada, de cabello y ojos castaños. En cuanto a su personalidad, se dice que era un gran ser humano, siempre dispuesta a ayudar a los necesitados, de hecho, llegó a prestar su burdel para recibir a más de setecientos hombres que se habían intoxicado.
Julia fue asesinada en 1867, al parecer se trató de un robo, ya que desaparecieron varias joyas y pieles de su habitación. Fue tan querida por la comunidad que miles de personas acudieron a su funeral para despedirse de la gran Julia Bulette.
2. Teodora de Bizancio
Esta emperatriz bizantina se dedicó antes de convertirse al cristianismo a la prostitución. Cuando todavía era una adolescente comenzó a trabajar por necesidad en un burdel de Constantinopla.
Además de ser prostituta, Teodora también se convirtió en actriz. En este sentido realizó uno de sus interpretaciones más famosas perteneciente a la obra “Leda y el Cisne”, ésta consistía en desnudarse en pleno escenario y que los asistentes le esparcieran granos por todo el cuerpo para que los gansos la picaran.
Finalmente, Teodora se convirtió al cristianismo, momento en el cual decidió abandonar la prostitución. Posteriormente conoció al príncipe Justiniano, con quien se casó. Siendo emperatriz, Teodora promovió algunas leyes en favor de las prostitutas.
3. Madame Pompadour
Jeanne-Antoinette Poisson fue una famosa cortesana francesa, quien enamoró con sus encantos al rey Luis XV. Además de ser la amante más famosa del rey, también fue una de las principales promotoras de la cultura durante el reinado del mismo.
Jeanne-Antoinette fue invitada a un baile real de máscaras, con motivo de celebración por la boda del hijo del Rey. Allí, Luis XV cayó rendido a sus pies, por lo que fue presentada oficialmente a la Corte de Versalles poco tiempo después, convirtiéndose en “la favorita oficial”. A cambio de su relación, el Rey le otorgó los marquesados de Pompadour y de Ménars, además del dominio de Pompadour también le otorgó el título de marquesa y la separó legalmente de su esposo. Fue entonces cuando Jeanne-Antoinette se instaló en una de las habitaciones más lujosas del palacio de Versalles en donde complacía al Rey que le había dado todo.
Pese a que la relación con Luis XV acabó en 1751, Madame Pompadour mantuvo su posición de favorita y amiga privilegiada. En 1764 y con apenas 42 años de edad, Jeanne-Antoinette fallece a causa de tuberculosis, aunque se llegó a afirmar que Madame du Barry, otra famosa amante del Rey, era la verdadera responsable de su muerte, ya que supuestamente la habría envenenado por celos.
¿Qué llevó a estas mujeres a prostituirse? ¿Necesidad, deseo o poder? Sin duda alguna, la prostitución es uno de los oficios más antiguos del mundo, a través del cual muchas mujeres encontraron la plataforma ideal para alcanzar el bienestar económico y social con el que soñaban.