Seguro que pasaste mucho miedo viendo la película «Tiburón» y posiblemente desde entonces sientas cierta intranquilidad cuando nadas en aguas más profundas de lo habitual. No olvidemos que existen más de 500 especies de tiburones que pueden perturbar tus sueños. Sin embargo, en este artículo de Supercurioso hemos querido acercarnos a una de ellas, la del Carcharodon carcharias, es decir, el tiburón blanco, para descubrir el supersentido con el que la naturaleza lo ha dotado: El olfato del tiburón blanco. ¡Descúbrelo! ¡Es extraordinario!
El tiburón blanco puede encontrarse en todos los océanos de aguas cálidas y templadas. Los fósiles más antiguos datan de hace aproximadamente 16 millones de años y se cree que está emparentado con el megalodón. Suelen medir entre 5 y 7’5 m., aunque se han encontrado ejemplares que sobrepasan en mucho ese tamaño.
El olfato del tiburón blanco: un super-sentido natural
Quizá te hayas preguntado por qué recibe el nombre de «tiburón blanco» este tipo de escualo. Se debe a que el dorso negruzco que lucen los miembros de esta especie en sus primeros años de vida, se torna gris claro al envejecer. Esta particularidad se une al vientre blanquecino dándoles, en general, un aspecto blancuzco. Además, como no dejan de crecer nunca, cuanto más grandes son, también son más blancos, por eso reciben el apelativo de «gran blanco».
Entre las curiosidades de estos animales destacan sus morros o extremos frontales que tienen gran cantidad de terminaciones nerviosas. Sirven para captar las vibraciones que producen sus posibles presas cuando originan alguna perturbación en el agua. También tienen unas células receptoras en la nariz llamadas «ampollas de Lorenzini» que les permiten captar campos eléctricos para orientarse cuando migran. Pero lo que lo hace realmente diferente es el olfato del tiburón blanco. Es tan potente que puede considerarse un «supersentido».
Cerca del 70% del cerebro del tiburón blanco está dedicado a olfatear aquello que pueda suponer su próxima comida. La fosas nasales le sirven para oler y no para respirar y son canales hasta el bulbo olfativo. Pueden detectar una sola gota de sangre en 100 litros de agua y oler a su presa a más de 5 km. de distancia.
Para ayudar a su olfato, mueve la cabeza lateralmente conduciendo el agua hacia sus fosas nasales y se mueve en la dirección de la fosa que primero ha percibido el olor de la sangre. Inhala y exhala de forma intermitente por una fosa y otra para no perder el rastro. Seguro que te has fijado en los documentales en el característico movimiento de cabeza, no es para ampliar su campo de visión, sino para ayudar al olfato. El olfato del tiburón blanco, desarrollado durante millones de años, lo ha convertido en un infalible depredador marino.
Aunque la vista tiene menos importancia que el super-olfato o la sensibilidad de su morro, también es importante para este animal, ya que es determinante en el tipo de acecho del que hace gala, con una aproximación y ataque a su presa desde abajo. ¿Conocías el extraordinario olfato del tiburón blanco? ¿Sabías que le era posible oler la sangre a tanta distancia? Si tienes más datos sobre él, ¡compártelos con nosotros! Si quieres conocer otros animales curiosos, te invitamos a leer: