No, no hablamos de quienes pueden recordar claramente alguna escena de su vida, o de la “memoria fotográfica”. Hablamos de personas que pueden recordar con lujo de detalles un almuerzo ocurrido tres años atrás y describir la ropa, el ambiente y la comida que se llevaron a la boca. Y los comentarios que todos los comensales hicieron ese día.

Hablamos de gente que es capaz de recordar no solamente lo que vivieron por experiencia propia sino también lo que les contaron, leyeron o escucharon en un día determinado.

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¿Quieres saber más de esta extraña condición?

Inolvidable memoria

A quienes nos gusta la literatura, enseguida pensamos en ese relato maravilloso de Jorge Luis Borges, “Funes, el memorioso”, en el que tan magistralmente nos retrata a un individuo con el síndrome de Memoria Autobiográfica Altamente Superior, sin saber por supuesto que se trataba de eso. En ese cuento, Borges puntualiza al final:

“Había aprendido sin esfuerzo el inglés, el francés, el portugués, el latín. Sospecho, sin embargo, que no era muy capaz de pensar. Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles, casi inmediatos”.

Y es que para estas personas recordar es inevitable e implacable. Como en la serie norteamericana Unforgettable.

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¿Cómo saber que se trata del síndrome de Memoria Autobiográfica Altamente Superior?

Esta condición fue reconocida hace nueve años (en 2006) por el neurobiólogo experto en memoria James McGaugh, de la Universidad de California en Irvine, cuando publicó un trabajo de seis años con una paciente que presentaba los síntomas. Este trabajo formaba parte de una investigación de todo un equipo de científicos, y pusieron al aire, a través de la cadena CBS, un informe donde describían el síndrome.

Calculan que por lo menos 24 millones de personas vieron el documental, y 500 contactaron al equipo de investigadores con la sospecha de padecer el síndrome. Sólo 10 de ellos resultaron positivos.

Es una condición sumamente extraña, según McGaugh:

“Probablemente ha habido alguna gente con esta condición por siglos, pero nunca se habían investigado científicamente sus bases. Es un cuadro muy raro e inusual”.

De hecho, sólo se conocen 20 personas (con diagnósticos oficiales) con HSAM –por sus siglas en inglés– en todo el mundo, y todas están en EEUU.

Para poder reconocer a una persona con HSAM, los científicos establecieron parámetros especiales, en los cuales evaluaban a las personas a través de un cuestionario de sucesos públicos que hubiesen ocurrido en los últimos 20 años, que incluían elecciones, eventos deportivos, grandes accidentes o entregas de premios.

Con ellos, una persona con memoria autobiográfica altamente superior debería decir fecha y hora precisas, inclusive día de la semana en que ocurrieron, junto a otros detalles. Si obtenían más de un 55% en la prueba, entonces los interrogaban sobre sucesos más personales.

El neurobiólogo James McGaugh y su asistente, Nan Collett
El neurobiólogo James McGaugh y su asistente, Nan Collett

Para eso, las familias facilitaban fotos o diarios, y así los investigadores podían tener datos precisos y probar cuánto recordaban. Según McGaugh, es muy difícil para un individuo poder registrar más allá de cierto tiempo detalles específicos, y esa sería una de las cosas que caracterizaría a este tipo de memoria.

¿Existen huellas fisiológicas?

Están estudiando los casos que tienen entre manos, pero aún no han encontrado explicación neurológica. Mediante resonancias magnéticas estructurales y funcionales, e incluso análisis genéticos, sólo han logrado observar que ciertas zonas cerebrales de quienes tienen HSAM son más grandes que las de una persona con memoria normal, y sorprendentemente son las mismas que se vinculan a conductas obsesivo-compulsivas (de hecho, los investigadores consideran que acumular recuerdos es una analogía de la acumulación de objetos).

Sin embargo aún falta mucho por investigar sobre esta rarísima condición, y la primera recomendación es no exponerse voluntariamente a situaciones traumáticas (como ir a una guerra, por ejemplo).

Si bien recordar cada cosa puede convertirse en un peso difícil de llevar, en general los pacientes se sienten satisfechos con lo que consideran un don, y cuando les preguntaron si hubiesen preferido no tenerlo, casi todos dijeron que no lo cambiarían por nada…

¿A ti te gustaría recordar todo, lo bueno y lo malo? ¿Qué te parecería eso? Déjanos tus comentarios y para contrastar los temas, lee sobre el chico que perdía la memoria cada 5 minutos.