Cuando hablamos de inteligencia entramos en un curioso campo, en el que son muchas las opiniones que pueden llegar a contrastarse. Hay quienes hablan de que existen diferentes tipos de inteligencias, vinculadas a las matemáticas, el lenguaje, los deportes o el arte, y que todos poseemos desarrollada al menos una de ellas. Los más conservadores, en cambio, apuestan únicamente a la medición del coeficiente intelectual como referencia válida. En este sentido, el IQ de William James Sidis representó un verdadero hito en el estudio de este campo. Aunque su nombre no destaque entre las páginas de la historia, es considerado el hombre más inteligente de todos los tiempos, superando incluso a grandes genios como Albert Einstein, Isaac Newton o Leonardo Da Vinci. Acompáñanos en Supercurioso a conocer quien fue William James Sidis.
Quien fue William James Sidis
Al hablar de quien fue William James Sidis nos referimos, nada más y nada menos que al hombre más inteligente de la historia. Las continuas pruebas y entrenamientos a los que fue sometido nos aportan numerosa información para que los expertos lleguen a «etiquetarlo» en este ranking particular. Pero tras su propia vida se esconde una triste realidad; una oscura sombra que vale la pena tener en cuenta. En la gran mayoría de ocasiones, un coeficiente intelectual muy elevado, no va de la mano de la felicidad. En absoluto. Más bien al contrario. Y un ejemplo de ello lo tenemos sin duda en este joven. Su vida no fue fácil, y su prodigiosa inteligencia lo sumió desde siempre en un violento carrusel de altibajos difícil de olvidar.
El IQ de William James Sidis anunciaba un cerebro fuera de lo común. Cursó siete carreras universitarias, hablaba perfectamente cuarenta idiomas, escribió infinidad de artículos y quince libros que no le valieron en absoluto para alcanzar la fama, o al menos para que el gran público tuviera en cuenta sus conocimientos. William fue un genio más que hoy en día habita en el Olimpo del olvido, un joven excepcional que nunca tuvo demasiada suerte, que no pudo ni supo encontrar su lugar en el mundo.
Referirnos a quien fue William James Sidis es develar la existencia de un personaje extraordinario, prácticamente desde el mismo momento de su nacimiento. Se dice que empezó a hablar apenas a los seis meses, que con ocho comía solo, y que con un año y medio, leía el periódico The New York Times. Dominaba la mayoría de las lenguas, incluyendo también las lenguas muertas… Un sinnúmero de habilidades muy lejanas al promedio de las que posee un bebé de esa tan tierna edad.
1. Su educación fuera de lo común
El IQ de William James Sidis sin duda que fue determinante en la brillantez y habilidad con la que el muchacho desarrollaba las actividades y tareas, desde las más simples y cotidianas hasta las más complejas. Quienes han estudiado su vida afirman que poseía un coeficiente intelectual estimado de entre 255 y 300 puntos, cuando el rango de una persona normal se ubica entre los 90 y 110. Pero además de esta capacidad natural, las habilidades adquiridas juegan un papel importante en la inteligencia.
No estaría completo un perfil sobre quien fue William James Sidis sin hacer referencia a su padre, de quien recibió una dura instrucción. Aquel era un hombre obsesionado con la psicología y con hacer de su hijo el mayor genio de todos los tiempos. Pero la verdad es que nuestro brillante joven tenía otras inquietudes que iban más allá de sus estudios… Cuando descubrió el socialismo sintió que había encontrado su verdadero camino. Estábamos en 1914 y William había decidido dejar sus estudios de leyes. Era el Día del Trabajador y no dudó en formar parte de una marcha comunista que acabó con unos graves disturbios y con su arresto.
Pero aquella primera detención no lo detuvo. Participó en infinidad de manifestaciones y protestas, lo que le valió el ser nuevamente detenido, y juzgado. William James Sidis se defendió diciendo que él era un simple objetor de conciencia de la Primera Guerra Mundial. Y aún más, que era ateo y comunista, que ensalzaba una filosofía libertaria basada en los derechos individuales. Un chico valiente. Toda una revolución para la época que no fue muy bien aceptada. Se le condenó a 18 meses de prisión.
¿Qué hicieron entonces sus padres, ávidos de que su hijo siguiera por el camino que habían previsto para él, y que el IQ de William James Sidis tuviera realmente el vuelo intelectual al que ellos mismos aspiraban? No lo dudaron. No era más que un adolescente cuando fue llevado a una institución para ser internado “y corregirle” esas ideas políticas. Sus padres estaban de acuerdo en que el muchacho debía ser reformado para eliminar de su cabeza tan «incautas» ideas.
2. Los mejores inventos de William James Sidis
Curiosamente, al hablar de quien fue William James Sidis, aunque nos referimos al hombre más inteligente del mundo, no coincide aquello con un desarrollo brillante. No fue un científico memorable, ni un matemático ejemplar. No realizó grandes hallazgos ni tan siquiera logro la simpleza de una vida tranquila y feliz. Las condiciones de su educación fueron absolutamente singulares. Sus padres lo entrenaron tal como un conejillo de indias, para volverlo un genio.
Los esfuerzos dieron resultados. El IQ de William James Sidis fue suficiente para aprobar el tercer curso de la escuela primaria en tan solo tres días. Apenas entre los cuatro y los ocho años escribió cuatro libros, dos de anatomía y dos de astronomía. Para aquel momento ya se había hecho diestro en el manejo de ocho idiomas: el latín, el griego, el francés, el ruso, alemán, el hebreo, el turco y el armenio, además del inglés.
Antes de cumplir los ocho años fue aceptado en el MIT, y a sus once ya había entrado en la Universidad de Harvard, como un destacado experto en matemáticas aplicadas. A los 16 se había graduado en medicina, y a lo largo de toda su vida siguió aprendiendo idiomas, hasta dominar un total de cuarenta de ellos. Incluso, se destaca como dato curioso en su historia de vida, el hecho de que inventó un idioma propio. Se dio por nombre vendergood, y era una lengua basada en el latín y el griego, con elementos del alemán, el francés y otras lenguas romances.
Aunque sus logros llamaron la atención de la comunidad científica y de la prensa, lo fundamental se concentraba en la manera en la que había sido criado. Luego, cuando se declaró de izquierda y ateo, tuvo muchos más detractores que apoyo. Eran muchos los que defendían que el IQ de William James Sidis, aunque insólitamente alto, no le ayudaba a concretar ningún logro, sino que le llevaba a dispersar sus intereses con gran facilidad. De hecho, muy a pesar de su genialidad, en la historia de quien fue William James Sidis no aparece ningún logro científico destacable.
La parte más triste de la historia de quien fue William James Sidis, fue promovida y generada justamente por sus padres. Estando internado en la institución a la que fue llevado después de salir de la prisión, fue tratado por un psicoanalista ruso, quien conociendo sus capacidades quiso hacer de él el ser humano más inteligente de la historia. Sus padres apoyaron en todo momento ese duro programa para convertirlo en «una auténtica máquina humana». Obviamente, aquello no duró demasiado. Se escribieron infinidad de artículos de él y de su sobrehumana inteligencia, de aquel cerebro brillante dotado de increíbles capacidades. Pero cuando William tuvo la oportunidad, huyó del centro y rompió todo contacto con médicos, psicólogos y también, cómo no, con sus padres, quienes apoyaron en todo momento esa tortura psicológica a la que estuvo sometido.
Los años siguientes fueron un tiovivo de altibajos en el que el IQ de William James Sidis poco influyó en su felicidad y bienestar. Empezó a estudiar carreras universitarias por capricho, ya que no le costaba demasiado terminarlas. Así fue como coleccionó infinidad de títulos. Para mantenerse, trabajó en empleos muy por debajo de su categoría… no quería llamar la atención, no deseaba que ningún científico más se fijara en él y cambiaba de ciudad continuamente.
Nunca hizo demasiado con su vida ni logró ser feliz. Nunca tuvo familia, ni siquiera pareja. La muerte le llegó en 1944 cuando tenía 46 años. Un derrame cerebral que puso fin a su brillantez, a sus capacidades siempre escondidas, a su espectacular cerebro que un día, ya no pudo más. Aquel coeficiente intelectual genial, absolutamente brillante y muy separado de todo promedio, en ningún momento le abrió las puertas a saborear algún tipo de éxito, o simplemente, el placer de una vida satisfecha y plena.
En la actualidad, la persona con el coeficiente intelectual más alto del mundo le corresponde a una chica americana llamada Marilyn Vos Savant. Desconocemos si dicha virtud será en su caso sinónimo de felicidad o más bien una nueva maldición, como la sufrida en su día por el desdichado William James Sidis…
Si te ha interesado la historia de quien fue William James Sidis, te animamos a descubrir el artículo en el que te contamos sobre el lado oscuro de las personas muy inteligentes. Y si quieres ver en imágenes la vida de este genio, disfruta del vídeo que hemos preparado para ti.
¿Quién fue William James Sidis?, en video
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