Cuando hablamos de los pueblos vikingos, sus formas de vida y sus hábitos, nos encontramos con asuntos que han sido inmortalizados. Sabemos que se trataba de gente con rasgos físicos muy fuertes, que aunque podían ejercer muy bien las labores agrarias, se destacaban en sus funciones como navegantes. Construyendo grandes barcos se lanzaron a piratear en las diferentes costas de Europa, ganándose una consabida fama de guerreros ágiles, violentos y sanguinarios. Los tatuajes o las hachas vikingas han formado parte de sus símbolos más populares, pero el casco con cuernos gana la partida. En efecto, las series y las películas nos han hecho construir una imagen bastante clásica, en la que el casco de los vikingos con notorios cuernos resulta infaltable, como el complemento a un atuendo imponente y amenazador. Pero… ¿Realmente era un instrumento que usaran estos guerreros germánicos? Acompáñanos en Supercurioso, a descubrirlo.
¿Cómo era realmente el casco de los vikingos?
Entre las curiosidades de los vikingos nos encontramos su particular habilidad para la lucha y los enfrentamientos cuerpo a cuerpo. Justo esta idea de que se trataba de un pueblo guerrero, contribuyó a la creencia de que el casco con cuernos era parte de su atuendo más tradicional. Pero la realidad demostrada por los historiadores parece indicarnos otra cosa. Al parecer la mayoría de los integrantes del pueblo vikingo ni siquiera solían llevar cascos de metal. La genuina vestimenta vikinga siempre hubo de prescindir al máximo posible del metal porque era algo demasiado costoso. En aquella época una espada forjada en metal valía tanto como una casa, así que, en su vida diaria, tanto para las cacerías como para las batallas, se servían de los arcos y las flechas, de las lanzas y de las hachas afiladas con la que adquirieron rápida fama como salvajes y sanguinarios.
Ahora, si bien el casco con cuernos no era usual en los pueblos vikingos, de acuerdo al rango que la persona ocupara en la sociedad e incluso en las batallas, podía tener acceso a otra clase de cascos un poco más elaborados, que contenían hierro entre sus materiales. Los más populares en este sentido eran piezas fabricadas con planchas de hierro y unidas por tiras de cuero. Tenían una forma simple, que podía ser redondeada o cónica. Para los momentos en los que se enfrentaban a las batallas más feroces, el casco de los vikingos podía incluir protectores para la nariz y los ojos.
En este sentido, es importante aclarar que en la sociedad vikinga no existían soldados profesionales, ni una estructura social que financiara las actividades bélicas. Entonces, cada hombre debía financiar por si mismo los instrumentos con los que se presentaba en las batallas. También hay otro dato interesante en torno al casco de los vikingos, y es que se cree que en este pueblo existía la tradición de heredar el casco de generación en generación. De ser cierta esta costumbre, serviría para explicar por qué no se encontraban cascos en las tumbas de los vikingos.
¿De dónde surge el mito del casco con cuernos de los vikingos?
Bien, ya hemos podido darnos cuenta de que entre los símbolos vikingos no nos hemos encontrado con el casco con cuernos. Éste se trata entonces de una construcción de imagen posterior y que poca relación guarda con la vida en aquellas lejanas épocas. Pero… ¿Dé dónde surge el mito del casco con cuernos de los vikingos? Y especialmente, ¿Por qué se popularizó tanto, que en la actualidad solo imaginamos a un vikingo si lleva puesto su atemorizante casco?
Pues, quienes han estudiando la historia de los pueblos vikingos, ubican la popularización del casco en la época del Romanticismo, durante el siglo XIX. Concretamente puede atribuirse la creencia a las ilustraciones hechas por el pintor sueco Gustav Malmström en 1820, en las que el artista procura plasmar el poema épico La Saga de Frithiof, dibujando a los guerreros con un enorme y pesado casco con cuernos sobre sus cabezas. La intención de aquello era la demonización de este pueblo nórdico, por parte de las víctimas que sufrieron sus ataques en la Edad Media.
La segunda fuente que popularizó el hecho de que el casco de los vikingos llevaba cuernos es la proveniente de Richard Wagner. Este autor, con las cuatro famosas óperas que componen El anillo del Nivelungo, ayudó a consolidar la imagen típica que se nos viene a la mente en la actualidad cuando pensamos en los vikingos. En La Valquiria y El Ocaso de los dioses se presenta de manera singular esta idea. El personaje bueno de la obra, Sigfrido, lleva un casco con alas. En cambio, Hagen, el antagonista, es mostrado con un pesado casco con cuernos. Con el tiempo, lo que quedó en la imagen popular fue ésta última idea. Ya no había relación con que el vikingo fuese bueno o malo, hombre o mujer… todo integrante de este pueblo debía llevar sobre su cabeza el popularizado casco de los vikingos con cuernos.
Otros mitos falsos de los vikingos
Así como el hecho de que hayamos creído siempre que el casco de los vikingos llevaba atemorizantes cuernos, y en la realidad no era así, también nos encontramos con otros mitos vikingos que se han popularizado a través de los años, siendo falsos. Veamos los más importantes:
- No todos los vikingos eran rubios, altos y corpulentos. Aunque la imagen que se nos ha transmitido de los vikingos es la de hombres robustos, fuertes, muy grandes físicamente, la verdad es que para los patrones actuales serían más bien bajos. Los hombres vikingos tenían una media de 1.70 metros de estatura. Lo que sí es cierto es que, aunque para la modernidad no sea mucho, en la era en que vivieron eran de los más altos.
- Otro de los mitos vikingos que, igual que el del casco con cuernos, se ha difundido globalmente, es el de su suciedad. Las series y películas nos presentan a hombres con un aspecto muy desaseado, con largas y enredadas barbas, pieles curtidas y dientes descuidados. La realidad demuestra todo lo contrario. Al parecer el pueblo vikingo era bastante cuidadoso con su aspecto e higiene personal, al punto de que tenían los dientes más cuidados de todos los pueblos de Europa para aquella época. Se bañaban semanalmente, eligiendo el sábado como el día del aseo. También consiguieron fabricar jabón, peines, pinzas y demás utensilios de higiene.
- Otra de las creencias igual de falsa que la del casco de los vikingos con cuernos, es la que narra que usaban los cráneos de sus enemigos derrotados en batalla, a modo de plato o de vaso. Esta imagen se asocia con la demonización del pueblo vikingo, pero se aparta de la realidad. Ahora, en efecto se trataba de guerreros muy ágiles y poderosos, pero no existe prueba alguna de que practicaran estos rituales.
Y tú, ¿Habías escuchado la verdad sobre el casco de lis vikingos? En efecto, esta es una de las civilizaciones antiguas más interesantes, y con un montón de asuntos por explorar. Si te interesa seguir aprendiendo sobre este pueblo, descubre las hazañas de los guerreros vikingos más destacados. Y si quieres profundizar en las bases de sus creencias, no te pierdas este artículo sobre los más interesantes mitos nórdicos.