¿Te ha pasado que cuando no sabes hacer algo sólo te basta ver a alguien haciéndolo? ¿O cuando te sonríen, tú sonríes automáticamente, en respuesta? ¿O si bostezan tú lo haces también?
Claro, a todos nos ha pasado. Y tiene explicación científica: ese comportamiento se debe a las neuronas espejo.
La imitación es una manera de aprender
Si has leído algo sobre niños, sabrás que éstos imitan los gestos de sus padres, y de hecho por eso aprenden a hablar, imitando los sonidos que escuchan. De allí que sea tan importante la estimulación en edades tempranas.
Las neuronas responsables de esta conducta se llaman “neuronas Cubelli”, y se activan cuando un animal o una persona realiza una acción y observa la misma acción ejecutada por otro individuo, sobre todo si es congénere.
Estas neuronas hacen que uno imite la acción, como reflejándola, de allí su nombre de espejo. Ya habían sido observadas en primates, y luego en humanos e incluso en aves.
En nuestro cerebro se ubican en el área de Broca y en la corteza parietal.
Esas neuronas tan especiales juegan un papel fundamental en nuestras capacidades cognitivas que tienen que ver con nuestra vida social, siendo capaces de hacernos desarrollar la empatía y la imitación.
Como sabrás, la empatía nos permite ponernos en el lugar de otra persona, permitiendo así que podamos comprender las motivaciones de los demás. Por eso hay científicos que piensan que el descubrimiento de esta neurona es uno de los más importantes dentro de la gama de las neurociencias.
Primero fueron los monos
Experimentando con los macacos, tres científicos italianos, en Parma, colocaron electrodos en la corteza frontal inferior del animal para estudiar la relación de las neuronas con los movimientos de las manos. Cuál no sería su sorpresa cuando vieron reaccionar algunas de las neuronas del mono al tomar uno de ellos un plátano, es decir, el mono vio a uno de los científicos tomar la fruta y sus neuronas reaccionaron sin que él se moviese.
Pensaron que se trataba de un error, pues el animal no se había movido, pero lo repitieron una y otra vez, y siempre la misma neurona reaccionaba.
Así fue como, casualmente, fueron descubiertas las neuronas espejo.
Y sirven para…
Las funciones de estas neuronas influyen en numerosos aspectos de nuestros procesos cognitivos. Son responsables en la forma en que aprendemos por imitación, es decir, nos volvemos espejos de los demás al activarse las neuronas tanto si vemos cómo se realiza una acción como si la hacemos. Además nos permiten intuir lo que piensan o sienten otras personas y así logramos comprenderlas.
Sirven también para el lenguaje, no sólo para hablarlo sino para entender todo el contexto que forma la gestualidad cuando estamos en una conversación.
Algunos científicos sugieren una posible relación entre las disfunciones del sistema espejo y ciertos desórdenes cognitivos, como el autismo. Ojalá que tales investigaciones arrojen esperanzas para quienes sufren esa enfermedad.
Un último dato: descubrieron que las neuronas espejo se encuentran también en las regiones involucradas en la visión y en la memoria, y que el cerebro femenino contiene más de estas neuronas que el masculino, y por ello su sistema espejo es más activo. ¡Supercurioso!
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