Ya hemos escrito varios artículos sobre el sexo y algunos datos alucinantes, o sobre el Kama Sutra, un libro emblemático, también sobre la posibilidad de que una mujer pueda tener nada menos que 226 orgasmos seguidos… por eso hoy queremos hablar un poco más sobre esa sensación, esa «pequeña muerte» que todos ansiamos sentir.

Cuando el orgasmo llega antes (antes de los humanos)

Por mucho tiempo se ha considerado que la hembra humana es la única que puede sentir orgasmo, una reacción física que aparentemente no cumple ninguna función en la reproducción de la especie, pues la fertilización se da sin necesidad de que la mujer alcance el clímax. Sin embargo, esta exclusividad, como muchas otras que se atribuyen los seres humanos, ha sido menoscabada por estudios recientes que señalan a otras especies como poseedoras de este privilegio, como el macaco japonés, o el bonovo.

La importancia de estos descubrimientos reside en que tal vez finalmente pueda darse respuesta a una pregunta que ha perseguido a médicos, biólogos y curiosos de todos los tiempos: ¿para qué sirve, biológicamente hablando, el orgasmo femenino? ¿Por qué las mujeres tienen orgasmos?

Las teorías en torno al orgasmo femenino

Hay al menos tres teorías que pretenden explicar por qué existe el orgasmo femenino: la primera, tal vez con un ligero sesgo machista, afirma que se trataría de un subproducto del orgasmo masculino (¡!), que el proceso evolutivo, para garantizar la reproducción humana, influyó genéticamente tanto en el hombre como en la mujer. Claro, quien haya presenciado o sentido un orgasmo femenino y uno masculino no podrá evitar una sonrisa indulgente ante esta teoría.

chica en pijama

Otra teoría señala que el movimiento orgásmico, las contracciones, favorecerían la llegada de los espermatozoides hasta el óvulo. Pero para que esto tuviese sentido ambos orgasmos tendrían que coincidir, lo que no suele ser así.

pequena muerte

La tercera teoría considera que el orgasmo fortalece los lazos afectivos y favorece la selección de las mejores parejas. El orgasmo libera oxitocina, y esto contribuiría a que la mujer quiera conservar una pareja. Pero esto también es relativo: la sexualidad no suele ser un factor determinante en la escogencia de la pareja reproductiva.

El orgasmo que asciende del mono, o de la mona

Como muchos enigmas humanos, la respuesta probablemente la tenga un animal. Dos investigadores italianos, Alfonso Troisi y Monica Carosi, observaron 240 encuentros sexuales de macacos japoneses, y en unos 80 creen haber detectado la presencia de orgasmo femenino.

«La hembra gira la cabeza para mirar a su pareja, estira la mano hacia atrás y agarra al macho», señalaron los científicos, comparándolo con el comportamiento similar por parte de las mujeres, acompañado también por un incremento en la frecuencia cardiaca y en los espasmos vaginales.

orgasmos

Otra observación que podría tener fuertes connotaciones en la sociedad humana fue que los orgasmos eran más frecuentes cuando el macaco hembra se apareaba con macacos jerárquicamente superiores, lo que sugiere un elemento social jugando un papel crucial en la sexualidad.

Sin duda, esta información y la proporcionada por otros estudios con primates contribuirán a despejar las interrogantes que siguen rodeando este extraordinario fenómeno de nuestra sexualidad.

¿Tú qué crees?