¿Alguna vez habías escuchado sobre el síndrome o delirio de Cotard? Solo imagina esta situación: te despiertas una mañana, es un día como cualquier otro, solo que este tiene una particularidad. Cuando te miras en el espejo, sientes algo raro, tu imagen se ve reflejada, pero es como que tú no estuvieras allí, has muerto.
Bueno, en realidad no has muerto, estás allí, tu imagen se refleja en el cristal, pero no la encuentras o, pese a que la encuentras, es como si no la encontraras. Sales de tu habitación y lo único que sientes es que no hay nadie, nadie estuvo en la habitación nunca, o quizá alguien hubo en algún momento, pero ya no, no hay nadie parado en ningún lugar, tú no existes, exististe, quizá, durante algún tiempo, eso tal vez lo entiendas, pero estás convencido de que ya no más, no existes, no eres, tu entierro será pronto, si es que ya no fue, y lo que queda de ti es solo la consciencia de que ya no queda nada de ti. Así es vivir con el síndrome de Cotard, también conocido como el delirio de Cotard.
¿Te parece escalofriante? Lo es, sin duda, y también ha despertado la intriga de psicólogos y psiquiatras. Es una de las enfermedades más extrañas del mundo, y que llamó nuestra atención, por eso en Supercurioso nos pusimos a investigar un poco al respecto y hoy te traemos todo lo que debes saber sobre el síndrome de Cotard.
¿Qué es el Síndrome de Cotard?
¿Eres capaz de imaginártelo, siquiera? La cosa no queda ahí, quienes padecen el síndrome de Cotard pueden creer no solo que están muertos, sino también que son inmortales. Ambas ideas pueden confluir perfectamente en la cabeza de quien está afectado por este síndrome, y, sin embargo, no caer en contradicción entre sí.
«Estoy muerto. Soy inmortal». Metamorfoseando la frase de Descartes: Pienso, luego no existo. Quienes padecen el delirio de Cotard son capaces de creer esto, e incluso de creer cosas más fantásticas: sentir que su corazón ya no late, que se encuentra putrefacto o en vías de descomposición, llegar a olfatear el aroma a podredumbre que desprenden sus órganos, tomar un cuchillo y mutilar una parte de sí mismo, con la firme convicción de que no se tiene vida alguna para tomar un cuchillo y mutilar una parte de sí mismo, y finalmente morir por las heridas que uno mismo se causa, morir por pensarse muerto.
Según se ha referido, el síndrome de Cotard es una enfermedad mental, relacionada por algunos con la hipocondría, y que se encuentra con baja frecuencia en las personas. Tan es así, que no ha llegado a ser catalogada como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud, ni tampoco es referida en diversos manuales de asociaciones psiquiátricas. Sin embargo, existe, está ahí, aunque con poca frecuencia, y sus consecuencias pueden ser devastadoras. A diferencia de otros síndromes, como el síndrome de Asperger o el síndrome de Bovary, es muy difícil tratar de llevar una vida normal si sientes que has muerto.
1. Síntomas del síndrome de Cotard
El delirio de Cotard trae consigo enormes amenazas a la vida de la persona que lo padece. Pero, veamos en detalle. ¿Qué es lo que le ocurre, exactamente, a los afectados por este síndrome? Fue a partir de los años 90 cuando esta enfermedad fue analizada con detalle, de lo que se llegó a concluir tres categorías o tipos, más o menos definidos, del síndrome de Cotard.
Se refirió en los estudios un primer síntoma, una forma muy particular de depresión psicótica, que incluiría además una gran ansiedad y delirios melancólicos de culpabilidad, además de alucinaciones visuales y auditivas.
Un segundo tipo del síndrome de Cotard estaría relacionado con delirios hipocondríacos y nihilista (negación de todo), pero no estaría asociado necesariamente con la depresión. Y un tercer tipo de esta enfermedad estaría, también, relacionado con la depresión, pero este deriva en episodios más exagerados, con una ansiedad desbordante que lleva al afectado a tener delirios de inmortalidad, obsesiones nihilistas y comportamientos suicidas.
2. Causas del síndrome de Cotard
Este es uno de los más grandes problemas del síndrome de Cotard: no se sabe que lo causa. Quienes se han dedicado a estudiar este fenómeno han notado que muchas veces se encuentra vinculado con otras enfermedades mentales, como la esquizofrenia paranoide, por ejemplo. No obstante, se han registrado casos en los que el síndrome de Cotard aparece sin previo aviso y sin estar vinculado a ninguna otra enfermedad, lo que hace pensar a los investigadores que este síndrome le puede ocurrir a cualquiera.
También se ha detectado que el síndrome de Cotard parece estar relacionada con la madurez, ya que rara vez se encuentra entre jóvenes. La mayoría de los casos registrados de este síndrome se presentan en personas mayores de 40 años. Otra de las cosas que se ha logrado identificar es que suele estar relacionada con depresiones u otros desequilibrios emocionales. A partir de estos, muchos científicos han especulado que puede deberse, en parte, a un estrés y ansiedad extrema en el individuo, que lo hacen ver como un hecho real la única solución que encuentran para la vida: el no estar vivos, el no ser, el haber muerto ya.
De hecho, en uno de los casos un hombre empezó a evidenciar los síntomas del síndrome de Cotard unas semanas después de haber intentado suicidarse. Lo intentó introduciendo un aparato eléctrico en su bañera, pero sobrevivió. No obstante, unos días después, despertó una mañana con el convencimiento de que había muerto, de que la vida se había esfumado de su cuerpo por completo y que él ya no era él, que él ya no era nada.
Este hombre pensaba, en efecto, que tras su suicidio había perdido la vida. Sin embargo, lo indudable era que seguía formando parte del mundo de los vivos. Steven Laureys, un doctor belga, llegó a tratar este caso, y lo sorprendente del hecho es que cuando el médico le realizó una tomografía al paciente, descubrió algo increíble: la actividad cerebral de este individuo estaba como anestesiada, casi como si viviera en una especie de estado vegetativo en el cual, sin embargo, se encontraba despierto. Este, sin duda, ha sido uno de los descubrimientos más asombrosos relacionados con el delirio de Cotard.
3. Tratamiento para el delirio de Cotard
Para resolver adecuadamente el síndrome de Cotard es preciso conocer el caso específico a tratar. Sin embargo, hay varias terapias recomendadas, entre las cuales se hallan, principalmente, los fármacos antidepresivos y los antipsicóticos. También, como el delirio de Cotard suele venir asociado a otras enfermedades mentales, los médicos recomiendan atacar primero la enfermedad de base, ya que con su cura podría desaparecer esta especie de efecto secundario.
Hay, en todo caso, otro tipo de terapia que, pese a lo rudimentaria que pareciera ser, ha sido hasta ahora la más efectiva: la terapia electroconvulsiva. Sin embargo, ninguno de estos tratamientos puede vanagloriarse de erradicar del todo el síndrome, que puede seguir apareciendo más adelante en la vida del paciente, esporádicamente, por episodios prolongados.
Entonces, ¿se logra curar por completo? La verdad es que rara vez se consigue hacer desaparecer por completo el delirio de Cotard. Se tratan los síntomas, eso sí, pudiendo llevar una vida más o menos integrada, pero lo normal es que las personas aquejadas por el síndrome de Cotard deban recibir tratamientos de por vida.
Y tú, ¿Conocías el síndrome de Cotard? ¿Sabes de alguna persona que lo padezca? Anímate a dejarnos todas tus opiniones en un comentario. ¡Estaremos encantados de leerte!
Otros síndromes extraños que debes conocer
Además del síndrome de Cotard, existen otros trastornos y afecciones que resultan verdaderamente curiosas. Por eso, hemos decidido dejarte esta breve selección con síndromes sorprendentes y asombrosos
- Síndrome de Enclaustramiento, estar atrapado dentro de tu propio cuerpo.
- Síndrome de Amok, la enfermedad de los asesinos en serie.
- Síndrome de Fregoli, conocer a desconocidos.
- Síndrome de Stendhal, cuando el arte duele.
- Síndrome de Noé, acumular animales.
- Síndrome de Estocolmo, enamorarse de tu secuestrador.
- Síndrome de Münchhausen, provocarse enfermedades.