Sueños premonitorios. ¿Has tenido uno de ellos alguna vez? No es un fenómeno del todo inusual. De hecho, médicos y psiquiatras nos recuerdan que en el mundo onírico se encierran la mayoría de nuestros miedos y ansiedades, esas dimensiones que en nuestra vida diaria no son tan «conscientes» y que suelen adquirir más relevancia cuando cerramos los ojos y nos dejamos llevar por los sueños.

¿Soñar por ejemplo que suspendemos nuestro examen del lunes? Es posible. ¿Tener una pesadilla con que nos roban el coche? También es probable. Pero los verdaderos, los auténticos sueños premonitorios son aquellos en que de pronto, acontece ante nosotros cosas que no tienen que ver con nuestra realidad cercana o cotidiana. Hay quien sueña con desastres naturales que a las pocas semanas ve en las noticias. O con asesinatos que, a los pocos años, ocurren. De hecho, hay varios testimonios recogidos de personas que soñaron con el magnicidio de John F. Kennedy.

Hoy, en Supercurioso te invitamos a conocer tres casos de sueños premonitorios muy especiales.

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1. «Mamá, ven»

Estamos en Filadelfia, en 1975. Son las 05.00 de la mañana y nada puede presagiar que algo malo va a ocurrir. Sin embargo, la señora Marjorie corre en bata por la calle desesperada por llegar a la casa de su hija. Vive muy cerca, a solo unos pocos metros más arriba de su finca de edificios.

Helen, su hija, tiene 26 años y vive en un pequeño apartamento. Cuando escucha cómo alguien golpea con violencia su puerta no puede más que asustarse. Pero cuando gira el pomo y descubre que es su madre, aún se sorprende más. No entiende por qué va en bata a esas horas de la madrugada ni por qué está tan pálida.

«¿Por qué me has llamado?» le dice la señora Marjorie a su hija. «¿Cómo que yo te he llamado?» le responde Helen sin comprender qué está ocurriendo. Es entonces cuando su madre le explica que mientras dormía, había escuchado su voz diciéndole una y otra vez «Mamá, ven, mamá, ven».

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Después de una pequeña conversación ambas comprenden que no ha sido más que un sueño, un extraño sueño sin sentido. Pero cuando la señora Marjorie está a punto de despedirse de su hija, la dos escuchan un violento estruendo. Al asomarse a la ventana descubren cómo una explosión de gas acaba de destruir la finca donde vivía la señora Marjorie. Más tarde, hablando con los bomberos, fue cuando la prensa recogió este caso tan peculiar. Si la madre de Helen no hubiera soñado que su hija la llamaba, nunca habría salido de la casa en su busca y, sin lugar a dudas, habría fallecido en la explosión.

2. «Vas a morir muy pronto»

Como suele decir la tradición popular y las leyendas urbanas, soñar con la propia muerte no suele ser bueno. Al menos esto es lo que pensó el señor Jaime Castell, un empresario español que en 1979 soñó que una voz le decía algo realmente aterrador: no verás nacer al hijo que en 3 meses, va a venir al mundo.

El señor Castell no creía mucho en esas cosas, pero como hombre precavido, no dudó en contratar una póliza de vida. Un seguro que solo cobraría su mujer si a él le ocurría alguna cosa. Aquel sueño le hizo pensar simplemente, en que cosas así pueden ocurrir y que más vale prevenir. Y así se lo dijo a su esposa, quien tampoco quiso darle la mayor importancia.

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Pero la fatalidad hizo acto de presencia de modo brutal. Solo unas semanas después y al volver del trabajo, perdió el control de su vehículo y chocó contra un muro. Nunca llegó a conocer a su hijo

3. El sueño premonitorio de Mark Twain

Es muy conocido. Son muchos los biógrafos que recogen esta anécdota contada por el propio escritor en numerosas ocasiones. Pero, ¿de qué se trata? De algo realmente triste.

Twain trabajaba por aquellos años junto a su hermano como timonel de un barco que hacía la ruta comprendida entre Nueva Orleáns y San Louis. Fue una noche cualquiera cuando soñó con algo realmente inusual: vio a su propio hermano en el interior de un ataúd de metal, vistiendo además uno de sus trajes. Muerto.

Fue un sueño muy vívido, demasiado real: el ataúd estaba sujeto sobre dos sillas, y su hermano tenía una flor roja sobre su pecho. Toda una tragedia. Pero, ¿ocurrió de verdad? Desde luego. Solo unas pocas semanas después, la caldera del barco donde ambos trabajaban, estalló.

Su hermano Henry sufrió quemaduras muy graves. Lamentablemente no fueron dichas lesiones las que le quitaron la vida, sino un médico, quien por error le administró una dosis demasiado elevada de morfina. Toda una lástima.

Días después, se hizo una colecta y se le pudo comprar un ataúd de metal, el cuál, estuvo sujeto por dos sillas mientras se celebraba la ceremonia. En un momento dado, entró una mujer que dejó sobre el pecho de Henry Twain, un pequeño ramo de rosas blancas… con una flor roja en el centro.

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Y ahora dinos, ¿has tenido alguna vez algún sueño premonitorio? Si te interesan estos temas te dejamos con otro artículo donde varias personas tuvieron un mismo sueño premonitorio con consecuencias terribles: Aberfan, la tragedia que muchos soñaron y que nadie creyó.