¿Has escuchado alguna vez hablar del perro negro del infierno? Un can, o canes, que asecha por las noches, oscuro como un nubarrón y silencioso como él solo, se presenta de forma inesperada, apenas se vislumbra su silueta, su aullido es capaz de espantar hasta al más valiente, y su mirada anuncia la muerte venidera, cuando no alguna otra desgracia. ¿Sabes de qué te hablamos? En Supercurioso oímos hablar de este Cerbero y no resistimos, entre la curiosidad y la intriga, entre el miedo y el suspenso, decidimos ponernos a investigar inmediataamente para ver de qué se trataba esta leyenda, o leyendas, de este enorme perro del infierno que se aparece a la mitad de la noche, en cualquier momento, en cualquier lugar, con malos augurios. Sigue leyendo para que conozcas la leyenda de estos temibles perros mitológicos.
El perro negro de la noche, un terrible augurio
Existe una larga tradición sobre los supuestos perros del infierno. En muchos países los llaman perros del infierno, perro negro o canes fantasmales, y se encuentran asociados a criaturas que se aparecen siempre en zonas boscosas o escenarios nocturnos donde surgen envueltos entre tinieblas, difuminados casi en el ambiente pero evidenciando una llamativa musculatura y unos ojos brillantes. Sobre todo esos ojos brillantes capaces de perseguirte adonde vayas, incluso en los sueños.
Según algunas leyendas, la aparición de estos canes pueden preceder a una muerte, e incluso estar unidos a zonas en las cuales ocurrieron muertes o desastres en el pasado, como fieras que resguardan un recuerdo o cobran alguna maldición. La tradición de estos canes es larga, larguísima, tanto así que ya en el inframundo griego existía un can de características similares, el Cerbero, también llamado Cancerbero, el perro de tres cabezas que fue derrotado por Hércules en una de sus proezas. Carecía de canes el Olimpo, pero no las tierras en las que reposaban las almas de aquellos que habían muerto.
Incluso el escritor británico Arthur Conan Doyle hizo referencia a uno de estos canes como motivo para uno de sus cuentos más famosos, El sabueso de los Baskerville. La historia, ambientada en Dartmoor, estaba basada en un tal Richard Cabell a la vez que en una leyenda local sobre un perro fantasmal, concretamente en la zona de Cromer. Ahí donde, según dicen, aún anda un animal singular que transita los caminos existentes entre Overstrand en el este, y East Runton en el oeste. No es esta una cuestión de extrañar, pues, entre los lugares en la que estos canes son más conocidos, resalta el Reino Unido, aunque se ignore si la leyenda comenzó realmente en las tierras de la reina Isabel II.
En todo caso, no es esta la única aparición literaria que ha tenido el perro, como dijimos, antes había aparecido Cerbero, ni tampoco es Inglaterra el único lugar célebre por poseer un perro del infierno, sino que estos canes negros se han visto por todo el mundo, y en cada lugar se le ha dado una significación y una leyenda distinta, aunque siempre con grandes similitudes. Aquí te dejamos algunas de las leyendas más conocidas sobre estos perros del infierno.
1. El perro del infierno inglés
En verdad, ni siquiera en Inglaterra se puede hablar de un solo perro del infierno, ya que el mito, muy popular en la región, ha cobrado distintas versiones y matices. En todas parecen coincidir, sin embargo, que se trata de un enorme perro negro que parece traer consigo malos augurios. En algunas versiones de este Cerbero inglés se dice que aparece anunciando la muerte, como ocurre también en tantas otras versiones de este can, sin embargo, en otras regiones se habla de el como un perro benigno que, lejos de anunciar desgracias, cuida los bosques en los que las madres pueden jugar con sus críos en completa seguridad, pues el can no permitiría que les ocurriera nada malo.
En todo caso, las distintas versiones parecen coincidir en que se trata de un perro negro de gran tamaño, y en que sus apariciones suelen ser nocturnas, entre la bruma de la noche. Como dijimos más arriba, este mito inspiró al creador de Sherlock Holmes, Arthur Conan Doyle, y también tuvo una aparición en la saga de Harry Potter, de la autora J. K. Rowling, en su tercer libro, El Prisionero de Azcaban, denominado en esta ficción como el perro de Grim.
2. El Cadejo americano
Dentro de la cultura mesoamericana también existe una leyenda del perro del infierno, denominado Cadejo. Según se cuenta, es un perro de gran tamaño, color oscuro y ojos brillantes como las llamas del infierno, que aparece durante las noches arrastrando cadenas. Según la narrativa latinoamericana, aunque cualquiera es capaz de observar la aparición de este perro del infierno, la verdadera víctima del augurio que trae consigo es quien es capaz de escuchar el tintineo de sus cadenas, puesto quien las escucha puede tener por seguro que la muerte vienen pisándole los talones.
No obstante, dentro de esta tradición también se habla de un Cadejo bueno, de color blanco, que no se aparece para atormentar sino todo lo contrario, para cuidar al hombre, y que suele proteger a quienes viajan solos durante la noche. El Cadejo blanco viene a ser la contraparte del Cerbero, pues este se encarga de resguardar a quien se le aparece de los malos espíritus y designios que encarna el perro del infierno.
3. En can fantasma catalán
También los catalanes cuentan una versión de esta leyenda, encarnada en el can Dip, un perro grande y peludo que hace de emisario del mismísimo Satanás. Una particularidad que diferencia la leyenda catalana del can del infierno del resto de las leyendas es que Dip se caracteriza no solo por su tamaño y color, u otros aspectos que rodean su aparición, sino por ser, además, cojo de una pierna.
Dentro de la región catalana la leyenda del perro del infierno Dip se encuentra muy viva, y sus orígenes se remontan, incluso, hasta el siglo XVI, que es la fecha en la que datan sus primeras apariciones en pintura, lo que puede hacernos pensar que la leyenda oral puede ser incluso más antigua.
En la versión catalana del can del infierno, este cerbero, más que anunciar la muerte, es la muerte misma, pues el Dip es un can vampiro, que se alimenta de sangre. Según cuentan las historias, el Dip ataca principalmente el ganado, sin embargo, la leyenda dice que también se alimentaba ocasionalmente de los borrachos desprevenidos que volvían a su casa en medio de la noche oscura.
4. El perro del infierno de Gales
Dentro de la versión galesa el perro del infierno es llamado Gwyllgi,un gran perro negro de ojos brillantes que se distingue de otras versiones por poseer aliento de fuego. Este perro, además, proviene de la tradición de otro Cerbero, el Cŵn Annwn, otro can legendario de estas tierras y del cual se hablaba en la época medieval como un gran perro blanco.
También los nórdicos tienen una denominación especial para el perro del infierno, los llamados Garm, perros guardianes de esos límites que separan el mundo de los vivos del de los muertos, y más aún, del mismísimo infierno.
5. El can negro de Escocia
En algunas zonas de Escocia los perros negros carecen de simbología siniestra. Al contrario, son guardianes de tesoros, de hecho se cree que uno de ellos custodia un tesoro enterrado bajo una piedra en Perthshire. El folclore celta, por su parte, habla de los perros negros o los sabuesos espectrales, como seres que pueden cambiar de forma y transformarse en hombres a voluntad propia, o, más bien, hombres que pueden transformarse en perros.
6. El Cerbero, el primer perro del infierno
Cerramos, finalmente, con el Cerbero, también llamado Cancerbero, el primer perro del infierno, propio de la mitología griega y cuya leyenda ha perdurado hasta nuestros días. A diferencia de las otras leyendas, el Cerbero no solo era un gran perro negro, sino un can de 3 cabezas, según las versiones más conocidas, y mascota del mismísimo Hades, el dios del inframundo. Este perro no vagaba por el mundo, todo lo contrario, se encontraba en el infierno, y como Garm, el can nórdico, separaba el mundo de los vivos del mundo de los muertos, cuidando de que las almas no escaparan de vuelta a los cuerpos, pero también de que los cuerpos que todavía tuviesen alma se acercaran al inframundo. Era, por tanto, un perro guardián, terrorífico en sí mismo, pero no que buscara aterrorizar a nadie fuera de sus confines, ni que fuera al mundo a lanzar malos augurios.
Si bien su leyenda no está vigente ni se piensa en la actualidad en el Cerbero sino como un can mitológico, su aparición en esta lista no carece de importancia, pues es de estos viejos mitos de donde fueron naciendo los nuevos, y es posible observar el contraste o las similitudes que presentan. Lo mismo ocurre con Garm, el perro del infierno nórdico, propio de la cultura escandinava que poco llegó a relacionarse con la griega, con la cual, sin embargo, mantenía grandes similitudes.
Bueno, hasta aquí llegamos en nuestro recuento de leyendas sobre el perro del infierno, este gran Cerbero capaz de asustar a cualquiera y que trae consigo los peores designios, según la mayoría de las leyendas. Pero también, según vimos, un can que puede ser protector, que llega hasta nosotros para resguardarnos: son cosas de las culturas, pues es posible que al final no se tratara de nada de esto, sino de un can que fue engrandecido con el miedo, de una historia que corrió desde aquellos años en los que los mitos y las leyendas gobernaban al mundo y que aun siguen por ahí, recordándonos los que fuimos.
Esperamos que te haya gustado nuestro artículo. ¿Conoces algún otro perro del infierno? ¿Sabes de otra leyenda que debiéramos incluir en esta lista? Déjanos tu opinión en los comentarios, ¡estaremos deseando leerte!
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