Como habrás podido notar, en Supercurioso tenemos un buen espacio dedicado a los síndromes más extraños y curiosos, como éste que te presentamos a continuación, el “síndrome de la mano ajena”.

El síndrome de los varios nombres

En efecto, este síndrome se llama de distintas maneras: síndrome “de la mano ajena”, “de la mano extraña”, “de la mano alienígena” y “de la mano del Dr. Strangelove”, aludiendo este último nombre al personaje de la película de Stanley Kubrick, El Dr. Strangelove o Cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar las bombas de 1964.

Como su nombre lo indica, el síndrome de la mano ajena se caracteriza por creer que una de las manos está “poseída” por un ente extraño, y el paciente presenta movimientos involuntarios e incontrolables de la misma, tal como el Dr. Strangelove, cuya mano trataba de ahorcarlo y deshacía lo que la otra hacía.

Por fortuna es un trastorno neurológico poco frecuente, cuya primera descripción la hizo el médico alemán Kurt Goldstein, en 1908. Es común en pacientes sometidos a una comisurotomía, que es nada menos que una intervención quirúrgica al nivel del cuerpo calloso cerebral para impedir la comunicación entre los dos hemisferios. Claro que se dejan otras comisuras más pequeñas intactas.

Pero lo terrible de esta intervención es que produce un fenómeno conocido como “cerebro dividido”, donde cada hemisferio actúa de forma más o menos autónoma. Esta operación radical se ha usado en casos muy graves de epilepsia para evitar que los ataques se difundan a todo el cerebro.

También puede aparecer nuestro síndrome luego de neurocirugías, si los pacientes han tenido accidentes cerebrovasculares; si han sufrido de infecciones, neoplasias (que es cuando las células se reproducen en una masa anormal de tejido), aneurismas o si tienen Alzheimer o Creutzfedt-Jakob, todos referentes a un posible daño cerebral.

¿Qué siente la mano ajena?

Obviamente no debe ser nada agradable sentir que esa mano no es parte de tu cuerpo, y es así en los pacientes que muestran el síndrome; sienten el tacto pero no reconocen lo que hacen. Tampoco tienen control sobre sus movimientos y a menudo, quien sufre este mal, ignora completamente lo que que su mano está haciendo hasta que el comportamiento independiente de esta llama su atención. ¡Espeluznante!

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Con frecuencia personifican a ese miembro díscolo, y de allí uno de sus nombres, “síndrome de la mano alienígena”, pues creen que la mano es un ser extraño que quiere hacerles daño y por ello, al tratar de controlarla, es común que la “castiguen”, pudiendo incluso hacerse daño ellos mismos.

Se dice que algunas personas que padecen este síndrome tienen serios problemas para vivir con normalidad, ya que «la mano ajena», realiza acciones que dificultan lo que el resto del cuerpo quiere hacer. Han asegurado que, por ejemplo, al intentar abrir una puerta, la mano ajena se ha empeñado en cerrarla por su cuenta. Frustrando enormemente al paciente.

Desafortunadamente, no existe tratamiento para este síndrome, aunque muchos neurólogos sugieren ocupar la “mano extraña” sosteniendo objetos, para así mantenerla “enfrascada” en otros asuntos y no interfiera en la cotidianidad…

dos manos

Si te interesó el tema, podemos recomendarte la lectura sobre otros síndromes igual de extraños, como el de Alicia en el País de las Maravillas, o el que crea asesinos en serie.