¿Te imaginas tener la capacidad de recordar todo lo que ves? Un recuerdo perfectamente lúcido y exacto, por ejemplo, de cómo te vestiste la mañana del 3 de agosto de hace 15 años, o saber qué desayunaste la mañana del 3 de abril del 2006. Sería sorprendente, sí, pero… ¿También imposible? Son muchas las teorías que se han hecho sobre si existe la memoria fotográfica, pero al parecer, se ha llegado a una conclusión final. En Supercurioso te contamos cuán fascinante resulta la memoria eidética, también denominada memoria fotográfica, de las curiosidades sobre la memoria más sorprendentes. ¡Acompáñanos y déjate sorprender por la mente humana!

¿Qué es la memoria eidética?

Existe la memoria fotográfica

¿Te imaginas poder recitar, palabra a palabra, un libro sin errar ni una sola vez? Solo un ínfimo porcentaje de la población goza de esta capacidad. Su cerebro almacena todo lo que ve, huele, saborea… Todo en una carpeta de espacio infinita, que nunca se agota, nunca se estanca ni se traba. La memoria eidética sigue siendo un misterio para la comunidad científica. Algunos expertos afirman que todos podemos nacer con memoria fotográfica, aunque a lo largo de nuestro desarrollo empezamos a perderla, pues aprendemos a pensar y a recordar de una forma diferente. Un pequeño porcentaje de la población, sin embargo, conserva esta capacidad.

Ahora bien, antes de profundizar en sí existe la memoria fotográfica, debemos partir de su exacta relación con la memoria eidética. El término eidético viene del vocablo griego eidos, que significa forma. En este sentido, algunos miembros de la comunidad científica separan estas dos terminologías. Memoria eidética vendría a tratarse netamente de formas, y el cerebro humano no funciona como una cámara, así que para las visiones más estrictas, estos conceptos no son exactamente lo mismo.

Sin embargo, a escala global suelen tratarse de igual manera. Cuando charlamos con un amigo que recuerda cómo íbamos vestidos hace dos semanas, o el diálogo de una película que vimos en el cine hace tres meses, solemos pensar: ¡Claro que existe la memoria fotográfica! ¡La estoy viendo en esta persona! Pero… ¿Cómo funciona realmente este fenómeno? Veamos.

1. La memoria fotográfica en niños

Al hablar sobre si existe la memoria fotográfica, nos encontramos con una etapa puntual de la vida del ser humano, en la que esta curiosidad de la mente humana ha sido estudiada con especial énfasis. Según diversas investigaciones científicas, los niños tienen la capacidad de recordar los sucesos que les ocurren con una precisión mucho mayor que los adultos. Incluso, en una investigación hecha por la revista BBC Focus, se expone que entre el 2% y el 10% de los niños experimentan características de tener memoria eidética durante sus primeros años de vida.

Ahora bien, si existe la memoria fotográfica y los niños hacen uso de ella, ¿Por qué tiende a desaparecer con la adultez? Pues, según el mismo informe, a medida que vamos aprendiendo otros métodos para procesar la información que recibimos del exterior, vamos perdiendo esta capacidad. Mientras adquirimos herramientas más eficientes para construir una propia memoria autobiográfica y verbal, la memoria eidética tiende a desaparecer. Este proceso llegaría a su fin alrededor de los seis años de edad. Ya en la adultez, la mayoría de los estudios concluyen que no existe la memoria fotográfica.

2. La memoria… ¿Lo es todo?

Claro que la idea de que existe la memoria fotográfica resulta bastante seductora para la mayoría de las personas. Recordar todo con exactitud implicaría no perder detalles sobre tu vida, aprender más fácilmente de tus errores, e incluso ciertas ventajillas. ¿Te imaginas presentar un examen de historia, recordando con precisión lo que dicen los libros? Sería mucho más fácil, ¿Verdad? Pues claro que tener memoria eidética sería un gran plus.

Pero, ¿la memoria lo es todo? Pues no. Recordar, memorizar, no es lo mismo que pensar. De hecho, por eso mismo los científicos han puesto tanto esfuerzo en la inteligencia artificial: pues una máquina es capaz de recordar muchas más cosas que nosotros (de hecho, no recuerdan propiamente, solo tienen esos datos grabados), pero no es capaz de utilizar esa información de la misma manera. No siempre se trata de recordar todo a la perfección, sino de saber utilizar de mejor manera lo que recuerdas. Pero que esto no signifique que no tienes que entrenar tu cerebro, ¿eh?

¿Cómo saber si tienes memoria eidética?

memoria eidética

Si te preguntas cómo saber si tienes memoria fotográfica, pues desde ya te decimos que lo más seguro es que no sea justamente este concepto. Sin embargo, por supuesto que hay personas que tienen una capacidad notable en este sentido. La revista Scientific American hace referencia al Método de Extracción de Fotos para aproximarse a saber si una persona tiene características que coinciden con la memoria eidética. Se trata de presentarle una foto desconocida, para que la observe con detalle durante treinta segundos. Pasado ese tiempo se le retira la imagen y se le pide que la describa con la mayor precisión posible. Mientras más detalles se alcancen en la descripción, más cerca estará la persona de la memoria fotográfica.

¿Cómo entrenar tu memoria?

Si bien el hecho de si existe la memoria fotográfica ha sido científicamente descartado, existen una serie de ejercicios y técnicas para mejorar la memoria, para lograr que gane agilidad y se mantenga activa para así evitar los 7 pecados capitales de la memoria. Y es que, aparentemente, el cerebro tiene una regla bastante general respecto a la memoria: o lo usas, o lo pierdes. Una manera eficaz de entrenar tu cerebro y tu memoria es ejercitándolos constantemente. Salir de la rutina, evitar la cotidianidad y la repetición de procesos y no dejar de aprender cosas nuevas. Leer es una manera de ejercitar nuestro cerebro, ya que nos obliga a pensar, nos exige un esfuerzo mental y una concentración constante.

Otra de las formas más recomendadas por los científicos es aprender un idioma nuevo y es que cuando aprendemos una nueva lengua ejercitamos varias partes de nuestro cerebro a la vez e incluso aprendemos a pensar de manera distinta. También existen los alimentos buenos para la memoria y muchas otras maneras de ejercitar tu cerebro. Lo importante es ser constante. Quizá no notes los avances inmediatamente, pero, como pasa cuando vas al gimnasio, los avances empezarán a notarse con el tiempo. Haz el esfuerzo, cambia tus hábitos y ve cómo poco a poco empiezas a mejorar tus habilidades cognitivas.

En definitiva, saber si existe la memoria fotográfica termina resultando bastante menos importante que entrenar tu cerebro para que se mantenga siempre ágil, activo y saludable. Si te ha interesado este curioso tema, no te pierdas el artículo en el que te contamos las historias de los famosos con memoria fotográfica. Y si más bien te dejas seducir por el aspecto poético de la memoria, disfruta de nuestra selección de frases sobre recordar, pues, como bien decía el escritor francés, Romain Rolland, «Cada cual lleva en el fondo de sí mismo un pequeño cementerio de los que ha amado.»