Recorrer las calles de Múnich en octubre es una verdadera fiesta. La ciudad, que el resto del año permanece tranquila, serena y con una población amante del orden y las estructuras, durante este mes se transforma. Pues, transcurre el festival de la cerveza, el Oktoberfest, uno de los más apetecidos en la historia de Alemania.
Colores, ánimos alegres, ferias, atracciones infantiles, música y mucha, pero mucha cerveza, son los elementos que se toman por entero esta urbe alemana. La llegada del Oktoberfest no es solo una fiesta local, sino el motivo perfecto para recibir a viajeros de todo el mundo que, amantes de la cerveza, vienen a disfrutarla en el mejor lugar: Alemania.
Hoy en Supercurioso te contamos la historia del más importante festival de la cerveza en Alemania, Acompáñanos a descubrir la fascinante historia del Oktoberfest. Eso sí: No te aseguramos que después de leer, no quieras ir de carreras por una fría y espumosa cerveza…
Descubre la historia del Oktoberfest
Entre las curiosidades de Alemania nos encontramos con muchos datos interesantes. Desde la potencia de su peculiar gastronomía, los momentos oscuros de su historia, especialmente vinculados a la Segunda Guerra Mundial, y hasta su pasión y talento para el fútbol. Pero así como son amantes de la buena mesa, los alemanes también le rinden gran honor al buen beber. La tradición cervecera es notable, pero curiosamente, la historia del Oktoberfest no tuvo en sus inicios un vínculo específico con la popular bebida.
Esta fiesta, que se convirtió en la más popular de Alemania, al punto de que ya es imitada en destinos tan diferentes como Brasil, Argentina, Chile o Venezuela, tiene una historia bastante larga…
El festival de la cerveza en Alemania se realizó por primera vez en el año 1810. Fue en concreto el día 12 de octubre, cuando el príncipe heredero, posterior rey Ludwig I, contrajo matrimonio con la princesa Teresa di Sassonia-Hildburghausen.
Los campos ubicados frente a la puerta de la ciudad, fueron el escenario en el que se organizó una gran fiesta, a la que fueron invitados todos los ciudadanos del Múnich de aquel entonces.
Toda Baviera se engalanó con aquel evento, en el que los campos fueron nombrados como «Campos de Teresa», en honor a la nueva reina. Para clausurar las festividades, se convocó a una vistosa carrera de caballos.
Aquel evento pareció ser aislado en primera instancia, pero un año después se decidió repetir la festividad, poniendo centro en las carreras de caballos. Y fue así como comenzó la historia del Oktoberfest, el más grande festival de la cerveza en Alemania y en el mundo entero.
La evolución en la historia del festival de la cerveza en Alemania
La historia del Oktoberfest ha atravesado diferentes etapas. La que no fue más que una fiesta de matrimonio, el año siguiente se convirtió en una gran feria para promover la agricultura y la economía de la región.
Entonces, a las carreras de caballos se agregó una feria agrícola, que aún se realiza cada cuatro años en la parte meridional del Wiesn (Oktoberfest). Fue en 1818 cuando se agregaron el primer carrusel y dos columpios. Desde entonces, el matiz de diversión empezó a formar parte de la esencia y a la historia del Oktoberfest.
Al tiempo, los alemanes hacían en su fiesta una de las actividades que más disfrutaban entre amigos, beber cerveza. Aquella costumbre fue creciendo en proporciones, hasta convertirse en la esencia del festejo.
Para el año 1910, cuando se celebrarían los primeros cien años del festival de la cerveza en Alemania, se registró el consumo de cerca de 120 mil litros de cerveza, un total récord para aquellos tiempos. También se inauguró, para el año de 1913, la Braurosl, la carpa más grande de reunión, con nada menos que doce mil asientos.
¿Por qué se celebra el Oktoberfest con cerveza?
Como te hemos dicho, la historia del Oktoberfest no tiene mucha relación con la cerveza en sus orígenes. De hecho, no es sino hasta 77 años después de su primera edición, en el año 1887, cuando la bebida alcohólica se impone como la reina del evento. El festival de la cerveza en Alemania se consagra como tal, gracias a que los propietarios de las cervecerías de Múnich, empiezan a participar del festejo. Pronto la población responde, y la toma de la cerveza se convierte en la actividad más importante.
Desde entonces, la historia del Oktoberfest ha sido particular. Si bien se ha extendido a otras ciudades alemanas y de la Baviera, en su lugar original, la ciudad de Múnich, solo pueden servirse cervezas fabricadas por las seis casas cerveceras de la ciudad. Estas son:
- Agustiner, fundada en 1328
- Spaten, fundada en 1397
- Hacker-Pschorr, de 1417
- Löwenbräu, que data de 1524
- Hofbräu, de 1589
- Paulaner, fundada en 1634.
Como verás, el festival de la cerveza en Alemana está dirigido por marcas con siglos y siglos de historia.
Otro dato curioso en la historia del Oktoberfest, es que no se sirve cualquier tipo de cerveza. De hecho, estas seis casas cerveceras prepararán una bebida especial. Se le conoce como la oktoberfestbier o cerveza del Oktoberfest.
Esta debe cumplir con el Reinheitsgebot (ley de pureza cervecera) y tener un mínimo de 13,5 de Stammwürze (lo que traduciríamos como mosto), lo que equivale a un 6% de alcohol.
Otras curiosidades en la historia del Oktoberfest
1. Una jarra muy pesada
El festival de la cerveza en Alemania está lleno de peculiaridades. Una de ellas es que la jarra en la que es servida la cerveza, es realmente muy pesada. Se le llama maßkrug o maß, y es un robusto envase de vidrio grueso con hoyuelos y una gran asa. Cuando está vacía pesa un kilo, y llena de cerveza, llega a pesar hasta dos.
Otra curiosidad es que lo que se estila es sentarse en las mesas y pedirle la cerveza a los mozos. Pero ellos no son empleados de las cervecerías, sino que pagan la cerveza con su dinero y ganan las propinas que les dan los clientes.
Así que si le pagas justo el valor de la cerveza, probablemente no quiera servirte más, pues no estará ganando nada. Otro detalle sobre las jarras: No intentes llevártelas como souvenir, ¡Te pueden multar por ello!
2. Se inicia a los golpes
Otra peculiaridad en la historia del Oktoberfest, es la costumbre de abrir la fiesta, literalmente a mazazo limpio. Esta tradición está vigente desde el año 1950. Desde ese entonces, el alcalde de Múnich abre de un golpe de mazo el grifo cervecero al grito de «O’zapft is!» o lo que es lo mismo «está abierto, ¡que comience la fiesta!».
Eso si, no se trata de una tarea fácil. El alcalde Ude rompió el récord de rapidez, abriendo el grifo en tan solo dos mazazos. Pero hubo un alcalde al que le llevó 19 golpes poder abrir el tan ansiado grifo cervecero.
3. Se toma mucha, mucha cerveza
El festival de la cerveza en Alemania le rinde total honor a su nombre. Y es que no es un lugar apto para los que beben poco. Tan solo en las fronteras de Múnich, el Oktoberfest implica el consumo de unos seis a siete millones de litros de cerveza. ¡Increíble! ¿No?
Que no te sorprenda si ves a personas caminando con dificultad, literalmente dando zancadas bajo los efectos de unos cuantos litros de la bebida dorada. Y como los alemanes son de buen comer, pues cada año las cervezas se acompañan de unas 500 mil salchichas.
4. La vestimenta del Oktoberfest
Parte vital de la identidad y la historia del Oktoberfest, es la vestimenta que se usa. Las calles se llenan de mujeres con los tradicionales vestidos alemanes, y de hombres con los típicos pantalones cortos.
El Tratchen o traje típico, que es usado no solo en Alemania, sino en las regiones alpinas como el Tirol, Salzkammergut o el Principado de Lichtenstein, goza de gran popularidad. La versión masculina recibe el nombre de Lederhose. Se trata de un pantalón corto de piel, de color marrón, verde o negro. Se acompaña por zapatos con calcetines largos, camisas blancas o a cuadros para los más jóvenes, y una chaqueta de lana.
El traje femenino se llama Dirndl. Es un vestido tradicional que se usaba originalmente por las sirvientas y las campesinas. Un diseño rural, que luego fue también adoptado por las clases altas, y que hoy traspasa por completo las barreras sociales. Suele ser un vestido de falda holgada y un poco por debajo de la rodilla. Suele hacerse con telas como la lana, el lino, el terciopelo o el algodón. Es de mangas cortas y de escote pronunciado. En ocasiones se acompaña de una blusa blanca interna.
En definitiva, la historia del Oktoberfest es la de una fiesta en la que se une en pleno un gentilicio, a celebrar la vida, la amistad y la tradición, al calor de una cerveza bien fría.
Si visitas Munich, bien vale la pena hacerlo en octubre, para probar el delicioso producto de una de las famosas seis casas cerveceras y vivir en pleno el festival de la cerveza en Alemania. Y si eres, como nosotros, un amante declarado de esta rica bebida, no te pierdas el artículo en el que te contamos todo sobre el origen de la cerveza. ¡Hasta un próximo tema supercurioso!