En nuestro hablar cotidiano utilizamos muchas expresiones de las que desconocemos el origen. El universo de la etimología es apasionante y en Supercurioso hemos querido acercarnos en diversas ocasiones a la historia de palabras como Guiri, gabacho, gringo, o Tonto, Zopenco, Necio u obtuso. También hemos indagado sobre expresiones de origen mitológico y en esta ocasión nos hemos fijado en una que se usa habitualmente: Poner los cuernos o ser un cornudo. Descubre el origen de esta expresión.
Poner los cuernos o ser un cornudo
La palabra «cornudo» originalmente era la manera de referirse al esposo de una mujer adúltera. El adulterio es «la unión sexual de dos personas cuando uno o ambos están casados con otra persona». Este término también se refiere al individuo que actúa como padre de unos hijos que no son biológicamente suyos. Basado en esas dos definiciones, ¿qué dónde viene Poner los Cuernos?
Poner los cuernos
Tras nuestras investigaciones hemos visto que no existe un claro origen para esta expresión que podría provenir tanto de la antigua Roma como de los países nórdicos o incluso del mundo de las aves.
5 orígenes posibles de la expresión Poner los Cuernos
1. De la Antigua Roma. Cuando un soldado romano regresaba de una campaña, como reconocimiento y simbolizando el éxito obtenido en el campo de batalla se le entregaban unos cuernos. La recepción de los cuernos significaba que el militar había pasado mucho tiempo, incluso años, alejado de su esposa y por tanto del dormitorio conyugal, con la posibilidad de que otra persona hubiera ocupado su lugar durante ese período. Por tanto, la recepción de los cuernos en muchos casos era sinónimo de adulterio y un posible origen de la expresión «poner los cuernos».
2. De la mitología. Relacionado con la mitología, Poner los Cuernos puede referirse tanto al hecho de que la esposa del rey Minos, llamada Pasifae, se encamara con el Toro de Creta de cuya relación nació el Minotauro y el símbolo de los cuernos como indicativo de infidelidad matrimonial, como al dios Hermes que se convirtió en un cabrón para seducir a Penélope, la esposa de Ulises, y que de esa relación nació el dios Pan. Pan, como recordareis tiene su frente coronada por un par de cuernos.
Como el dios Pan dio origen a la imagen del diablo, este origen mitológico de la expresión «poner los cuernos» entroncaría directamente con el cristianismo en el que el pecado y el mal son habitualmente representados por figuras con cuernos.
3. De los países nórdicos. En época de los vikingos, existía al parecer un sistema feudal similar al derecho de pernada. Cuando el jefe quería tener relaciones con la esposa de alguno de sus subordinados no tenía más que ir a la casa y poner en la puerta una cornamenta de alce. El marido sabía entonces lo que estaba ocurriendo y no entraba en la casa. Algunos historiadores creen que de ahí pudo venir la expresión Poner los Cuernos.
4. De la imposibilidad de ver los propios cuernos. Esta explicación es más difícil de defender ya que se basa en una teoría que crea un paralelismo entre dos conceptos: al que lleva un par de cuernos sobre su cabeza le es imposible verlos y el esposo cornudo es el último que se entera de que lleva los cuernos.
5. Del mundo animal. Relacionando la expresión «poner los cuernos» con la segunda de las definiciones de cornudo: el que actúa como padre de un hijo que no es suyo, el término cornudo podría venir del francés y hacer referencia al pájaro «cuco» que pone los huevos en un nido ajeno y deja que sea criado por un padre que no lo es.
También podría referirse al hecho de que entre los cérvidos la lucha por el apareamiento entre los machos se resuelve a base de cornadas. El que pierde no tiene derecho a la reproducción cediéndole sus posibilidades a otro macho.
Esposos cornudos
Son interesantes los relatos que hicieron viajeros portugueses y franceses que visitaron España durante los siglos XVI y XVII. En las calles de algunos pueblos u ciudades se encontraron con un espectáculo sumamente curioso: el castigo a los hombres cornudos o consentidores. Los esposos cornudos que habían consentido el adulterio y habían dejado a su mujer ser infiel sin poner remedio, eran paseados a lomos de un borrico por las calles, a ritmo de sonajas, sin ropa y con la testa adornada con un par de cuernos. A la zaga iba la mujer, también montada en un asno, con la obligación de ir azotando a su marido. A la esposa a su vez la azotaba un verdugo situado en tercera posición. Si algunos de esos hombres cornudos no quería ser acusado de consentidores y recibir tal castigo podían solicitar una «carta de perdón de cuernos» a las autoridades.
Infidelidad o poner los cuernos actualmente
Hasta hace pocas décadas, se consideraba que el cornudo era el marido y era a él al que se le ponían los cuernos. En la actualidad ese concepto ha cambiado y cuando se habla de poner los cuernos se refiere indistintamente tanto a hombres como a mujeres.
¿Cuálde los 5 posibles origenes te parece más acertado? Si te ha interesado este artículo, quizá quieras leer el post: