En el mundo de la música existen instrumentos sumamente curiosos. Algunos tienen nombres sugerentes como la «viola da gamba» y otros son instrumentos musicales extraños como el Theremin. Este último debe su nombre al músico ruso Lev Serguéievich Termen que fue su inventor. Entre los instrumentos de viento hay uno conocido como la flauta de Pan ya que a este dios se le representaba habitualmente tocándolo. Los griegos tejían mitos y leyendas en torno a todo aquello que no entendían o que les fascinaba y la flauta de tubos no fue una excepción. Acompáñanos a conocer la leyenda del origen de la Flauta del dios Pan. ¿La conocías?
La leyenda del origen de la Flauta del dios Pan
Pan fue un semi-dios de la mitología griega (en Roma se le conoció como Fauno). Pan era el dios de rebaños, pastores y en general de toda la naturaleza. Era el protector de la música improvisada, de la fertilidad y de sexualidad masculina y por todo ello un dios muy apreciado en la Antigua Grecia que lo veneraban no en templos, sino en cuevas o entornos naturales.
Vivía con las ninfas y debido a su lujuria irrefrenable solía perseguirlas por campos y arboledas. En Supercurioso ya os hablamos de la relación que tuvo con la ninfa Eco. Ella no fue la única que tuvo que huir de sus avances amorosos no deseados. La leyenda de la flauta del dios Pan empieza con una de esas persecuciones.

El dios Pan se había enamorado de una ninfa llamada Siringa o Syrinx. Cuando topaba con ella paseando por los bosques la perseguía hasta que la pobre ninfa conseguía huir. Siringa era seguidora de Artemisa y había prometido conservar su virginidad. En una de estas ocasiones la acosó hasta llegar a orillas del río Ladón. Siringa, desesperada, pidió ayuda a las náyades y estas ninfas de agua dulce la convirtieron en una caña. Pan, que la había visto desaparecer en el margen del río, oyó el sonido del viento silbando a través de la caña y sintió que eran los lamentos de la ninfa. Cortó la caña en varios trozos que unió con cera. A partir de entonces tocaba la flauta cuando lo embargaba la añoranza y la pasión y deseaba estar con su amada. Por este motivo la flauta de Pan recibía también el nombre de Siringa.
La leyenda cuenta que la flauta de Pan fue conservada en la caverna de Artemisa a la muerte del semi-dios y con ella se podía comprobar la virginidad de las jóvenes. Si se le acercaba una mujer virgen, emitía un sonido suave, si por el contrario no lo era, emitía un rumor estridente y la chica desaparecía para siempre.
Este tipo de flauta no fue un instrumento exclusivo de la Antigua Grecia. En la América precolombina encontramos algunos artefactos similares como la zampoña de la que existían dos variedades, «siku» y «antara», en Rumanía el «nai» y también en la Antigua China un instrumento similar recibía el nombre de «Pinyin».
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