¿Quiénes son los otomanos y por qué recordarlos? Pues bien, los otomanos fueron una dinastía turca que fundó y gobernó el Imperio Otomano desde el siglo XIII hasta principios del siglo XX. Fundado por Osman I en el noroeste de Anatolia en el año 1299, el Imperio Otomano se expandió rápidamente, conquistando territorios en Europa, Asia y África.
Ahora, siendo que hace casi un siglo aquel imperio fue reducido a lo que hoy conocemos como Turquía, Los acontecimientos recientes, apenas en 2016, nos dicen que es un buen momento para repasar un poco la historia de este país que, como Rusia, comparte dos continentes: Europa y Asia.
No es un secreto para quienes acostumbran ver las noticias, que el nombre de Turquía cada vez resuene más internacionalmente. No solo por el tambaleante y aún no firmado acuerdo entre este país y la Unión Europea con respecto al destino de los miles de refugiados que buscan una esperanza en Europa, sino por el fallido golpe de Estado que el gobierno del presidente Recep Tayyip Erdoğan logró frustrar en julio de 2016.
Tanto Erdoğan como Fetulá Gulen, su principal opositor —que vive exiliado en Estados Unidos— mantienen una retórica similar, desde dos puntos aparentemente opuestos: ambos coinciden en hacer renacer la otrora grandeza del imperio otomano. En Supercurioso descubriremos quiénes son los otomanos.
¿Quiénes son los otomanos?
En el Turkestán, en Asia Central, existía un grupo de ganaderos trashumantes que se dedicaba al comercio; pronto se relacionaron con las culturas musulmanas y adoptaron el islam como religión. Podríamos pensar que la ruta de la seda fue la que promovió el intercambio cultural y comercial, pues los mercaderes musulmanes debieron andar por los territorios en los que vivían los otomanos.
Durante el siglo IX, el vecino califato abasí requirió de soldados y ejércitos para sofocar luchas internas y expandir el poderío en tierras cristianas y bizantinas, mientras que los turcos, poco a poco, fueron escalando posiciones militares y geográficas en aquel califato.
¿Quiénes son los otomanos? Una de las dinastías turcas que gobernó Asia menor, Irán e Irak entre mediados del siglo XI y finales del XIII fue la selyúcida, que desbarató el califato abasí y debilitó profundamente el imperio bizantino; son considerados como los ancestros directos de los actuales turcos que habitan en Turquía, Azerbaiyán, Gagauzia y Turkmenistán, y constituyeron una barrera ante Europa de los invasores mongoles del este.
Fueron ellos quienes defendieron el mundo islámico de las Cruzadas de occidente y quienes conquistaron grandes territorios bizantinos.
Historia del imperio otomano
La ola mongola arrasó gran parte de esta dinastía selyúcida, pero sobrevivió un puñado de lo que podríamos llamar principados autónomos. En uno de estos principados estaban los turcos, pequeñito, casi insignificante, cuya capital era la ciudad de Söğüt, y cuyo rey, Ertruğul, muere en 1290, dando así paso a que Osmán I accediera al trono.
La palabra otomanos proviene de Osmán, o de la dinastía osmanlí, y este rey es el que comienza la impresionante expansión territorial turca, formando un imperio que sobreviviría casi 700 años.
A partir de entonces empieza una sucesión de luchas, tomando las ciudades de Nicea y Bursa en 1331; derrotaron a enemigos turcomanos, lo que les permitió aliarse con el candidato al trono bizantino, Juan Cantacuceno, y ganarse el derecho de saquear el territorio bizantino, así como a la mano de la hija del rey.
¿Quiénes son los otomanos? Los turcos establecieron una base en Galípoli, una península europea, a pesar de las protestas de Cantacuceno, quien tuvo que renunciar por haber sido él el responsable de que los otomanos entraran a Europa.
Y aquí verdaderamente empieza la cosa del imperio otomano: conquistan las primeras tierras de Europa sudoriental, en el siglo XIV, siendo Edirne –Adrianópolis– la capital. El primer visir del imperio otomano como tal, fue Kara Halil Paşa, de la familia Candarli, que monopolizó el cargo en el siglo siguiente.
Constantinopla, la capital del imperio otomano
Mientras tanto, en Constantinopla, el emperador bizantino se comprometió a pagar tributo a los otomanos (que significaba dinero y contingentes militares), pues no podía enfrentar tal presión turca sobre la ciudad.
Kara Halil fue uno de los sultanes más destacados e importantes, pues bajo él cayeron Tracia y los Balcanes, pero además mantuvo pactos con la iglesia ortodoxa, y gobernó con prudencia y tacto.
En Europa, entretanto, el papa convocó a una Cruzada más, en 1366, para detener “la amenaza turca”; esta cruzada fue un fracaso, y los otomanos mantuvieron la política islámica tradicional de tolerancia hacia los zimmíes (o “gente del libro”, religiones monoteístas con un libro sagrado: la Biblia o el Talmud). Esta política aseguraba el derecho de estas culturas de ser protegidas por el sultán, así como sus propiedades y creencias religiosas, a cambio de pagar tributos y aceptar el mandato de un gobierno musulmán. Esto se tradujo en un muy pobre interés en convertirlos al islamismo.
¿Guerras en el imperio otomano?
¿Quiénes son los otomanos y por qué fueron tan importantes? Por esta misma época se suceden también las sangrientas luchas contra el reino de Hungría, y la batalla de Kosovo, en 1389, garantizó la entrada hacia los Balcanes de los otomanos.
Para aquel momento, Beyazid I era el sultán, y asesinó a todos sus hermanos para evitar luchas por el trono; esta práctica sería institucionalizada por Mehmed II. En 1390 conquistó el oeste de Asia menor.
Sin embargo, en Hungría reinaba Segismundo, quien débilmente seguía luchando contra la fuerza otomana; débil y todo, era quien contenía a los turcos, que ya incursionaban en tierras magiares. En 1408 Segismundo fundó la Orden del Dragón, constituida principalmente para repeler a los otomanos; a esta orden perteneció Vlad II Dracul, el padre del sanguinario Vlad III, quien en parte inspiró el conocido Drácula de Bram Stoker.
Mehmed II fue quien terminó de conquistar el territorio restante del imperio bizantino, durante su reinado (1451-1481), tomando al fin Constantinopla en 1453.
Los otomanos, así, se expandieron en tres continentes: una gran parte del sureste europeo, el norte de África y el Medio Oriente. Los límites eran vastos: al oeste limitaba con Marruecos, al este con el mar Caspio y al sur con Sudán, Somalia, Arabia y Eritrea. Este vasto imperio tenía 29 provincias, y fueron estados vasallos Moldavia, Valaquia, Transilvania y Crimea.
Curiosidades del imperio otomano
- Uno de los principales personajes fue Solimán el Magnífico, que convirtió a Estambul, antigua Constantinopla, en la ciudad más pujante del siglo XVI en Europa. La famosa batalla de Lepanto, en 1571, fue la contraofensiva del papado, Venecia y la corona española para detener el expansionismo musulmán.
- Como imperio multiétnico y multiconfesional, los otomanos adoptaron costumbres y tradiciones de los imperios clásicos, y más tarde se mezclaron con la inmensa cantidad de culturas y grupos religiosos que vivían en sus territorios, creando una particular identidad otomana.
- Ya para el siglo XIX, muchos territorios otomanos –sobre todo en Europa– se independizaron; muchos factores contribuyeron a la decadencia de este imperio: el surgimiento de los nacionalismos, su participación en la Primera Guerra Mundial y la proliferación de movimientos revolucionarios en Turquía hicieron que rápidamente el vastísimo territorio se fuera dividiendo.
- Uno de los resultados más importantes fue la abolición del sultanato en 1922, y luego la del califato en 1923. En este mismo año se fundó la República de Turquía, con el territorio que actualmente conocemos. Un cambio importante en esta incipiente república fue la adquisición de un código civil y penal (y no la sharía) y la voluntad de mantener un gobierno y estado laicos.
Ningún imperio se forja con palabras. La historia de los otomanos evidencia la gran cantidad de sangre derramada para expandir un poder sobre otro. Hoy en día no deberíamos hablar de imperios, sino de repúblicas.
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