La ciencia es, sin duda alguna, la madre de la evolución humana. Gracias al ingenio y la curiosidad de personajes como Albert Einstein, Louis Pasteur, Nikola Tesla o Marie Curie, entre otros miles de investigadores, los campos de la tecnología, la calidad de vida, la salud y la movilidad se han transformado por completo. ¿Te imaginas tu vida sin electricidad? ¿Sin que se haya descubierto la penicilina? ¿O sin que se hubiesen inventado los motores de combustión? Mentes brillantes son las que han hecho posible la construcción del mundo, tal como hoy lo conocemos. Pero, aunque son muchos los aciertos, también han existido notables fallas en la ciencia, con todo tipo de consecuencias. Hoy en Supercurioso te presentamos esos particulares errores de la ciencia que nos demuestran que los genios, son también humanos falibles. ¿Nos acompañas?
7 insólitas fallas de la ciencia. ¡Conócelas!
1. La Hiperventilación de Nikola Tesla
Ingeniero e inventor prolífico, este hombre marcó el camino hacia la electricidad. Los inventos de Tesla fueron muchos, pero la corriente alterna, el motor asíncrono, el campo magnético rotativo, la radio y la tecnología inalámbrica se destacan. Desde los primeros años de su vida, ya era dueño de una mente inquieta, curiosa y sagaz, que buscaba siempre dar respuesta a las miles de interrogantes que le aparecían. Uno de los errores de la ciencia más populares sucedió justamente en la infancia de Tesla.
Según cuentan sus biógrafos, el pequeño Nikola se dio cuenta de que cuando respiraba hiperventilándose se sentía, a la vez que mareado, más ligero. Esto le llevó a preguntarse si esta situación sería suficiente para contrarrestar la fuerza de la gravedad y mantenerse en el aire sin caer inmediatamente. Cogió un viejo paraguas y subió al tejado de un granero cercano a su casa. Respiró hiperventilando y cuando estaba mareado saltó. Naturalmente, su hipótesis de trabajo era un error y en la caída perdió el conocimiento. Recogido por su madre, tuvo que guardar cama varias semanas, generándose así una de las anécdotas más curiosas sobre las fallas de la ciencia y sus mentes brillantes.
2. La constante cosmológica de Albert Einstein
Es difícil pensar en errores de la ciencia vinculados al nombre de Albert Einstein. Este científico brillante destacó en su infancia con una de las más curiosas manías de genios famosos: ¡No podía hablar! (¡O no quería!) Sin embargo, su intelecto brillante cambió al mundo, empezando por su teoría de la relatividad.
Ahora, su genialidad no lo eximía de ser humano y cometer errores. Justamente en las ecuaciones que describían la teoría general de la relatividad y el funcionamiento de la fuerza de gravedad, se encerraba una de las fallas de la ciencia más relevantes: Einstein incluía el término de la constante cosmológica, creyendo en que el universo era algo estático, y con ella contrarrestaba la fuerza que ejercía la gravedad. Tiempo después, cuando nuevos estudios científicos expusieron que el universo no solo no es estático, sino que además se expande, Einstein eliminó la constante cosmológica de sus ecuaciones.
Si te interesa seguir aprendiendo sobre la vida de este genio, no te pierdas nuestro artículo en el que te contamos Cómo el cerebro de Einstein explica su genialidad.
3. La teoría del estado estacionario de Fred Hoyle
Y si de fallas de la ciencia hablamos, ha de mencionarse el caso de la teoría del estado estacionario de Fred Hoyle. Este astrofísico de renombre se aproximó a la teoría del Big Bang, un evento singular y poderoso que marcaría el nacimiento del universo. Pero luego se separó de ella, para dar lugar a uno de los errores de la ciencia más insólitos, y es que estando por el camino acertado, Hoyle propuso después una teoría del estado estático o el estado estacionario. En ella defendió que el universo siempre ha estado y estará del mismo modo, y lo hizo con tan énfasis, que gastó tiempo y energía en comprobar algo que no tenía un sustento real. Años después, la misma teoría tocada por Hoyle, la del Big Bang, fue tomada como la hipótesis más acertada del origen del universo.
4. El pavo electrocutado de Benjamin Franklin
Benjamin Franklin trabajó incansablemente con la electricidad. No en vano fue el inventor del pararrayos. En sus investigaciones utilizó animales innumerables veces, ya que en la época en que vivió no se tenía ninguna consideración a la vida animal. Con sus experimentos incluso consiguió animar a alguna criatura muerta. Uno de los experimentos que hizo, le llevó a intentar cocinar con electricidad, generándose así uno de los más terribles errores de la ciencia.
Franklin cogió un pavo e intentó electrocutarlo para después consumirlo, pero algo salió mal y el que recibió la descarga eléctrica fue él. El pavo por suerte no recibió ningún daño. Avergonzado, el inventor, editor y político norteamericano, se lo relató a su hermano en una carta, rogándole que no comentase su error. No sirvió de nada y al poco tiempo la anécdota era conocida por sus conciudadanos.
5. La noción de herencia de Charles Darwin
Corría el año de 1859 cuando Charles Darwin se aproximó a su teoría sobre la Selección Natural. Absolutamente destacable tal hallazgo en una época como aquella. Sin embargo, en la noción de herencia de Darwin encontramos también uno de los más importantes errores de la ciencia. La Selección Natural no era realmente posible con el concepto de herencia que Darwin y sus contemporáneos tenían, en la que las características genéticas de madre y padre se mezclaban, tal como si fusionásemos una lata de pintura negra con una de pintura blanca, resultando el color gris.
Este planteamiento resultaba antagónico a su teoría, que planteaba como ejemplo que “Si introduces un gato negro entre un millón de gatos blancos, la teoría de la herencia como mezcla diluiría el negro completamente. De ninguna forma obtendrías gatos negros”. Fue a principios del 1900 cuando se terminaron de arrojar las luces que permitirían comprender la selección natural y la herencia. Gregor Mendel profundizó en los estudios cuyas bases generó Darwin, llegando a la conclusión de que los rasgos genéticos de ambos progenitores en efecto se mezclan, pero no al unísono y en proporciones exactas, como las latas de pinturas, sino más bien como dos barajas de cartas, expresándose una sobre la otra y manteniendo su propia identidad.
6. La triple hélice del ADN de Linus Pauling
Otro de los más interesantes errores de la ciencia es el cometido por el químico Linus Pauling. No solo era un brillante pensador, sino que además se hizo merecedor del Premio Nobel en dos oportunidades. Sin embargo, protagonizó una de las fallas de la ciencia que más ha llamado la atención. Luego de que se descubriera la doble estructura de hélice del ADN en el año 1953, Pauling siguió estudios en esta materia. Se precipitó entonces a publicar su propia teoría sobre el ADN, en la que defendía que eran tres y no dos, las hélices que formaban las moléculas. Al poco tiempo se comprobó el error de su planteamiento.
7. El cálculo de la Edad de la Tierra de Lord Kelvin
Para contarte uno de los más interesantes errores de la ciencia, nos vamos hasta el siglo XIX. En él, William Thomson, Lord Kelvin, se dedicó a usar la física para calcular la edad de la Tierra y del Sol. El cálculo de Lord Kelvin sobre la edad de la Tierra se sustentó en la idea de que el planeta comenzó como una pelota caliente que se iría enfriando con el paso del tiempo. Al final llegó a una conclusión en la que estableció la edad de ambos cuerpos como su fuesen cincuenta veces más jóvenes de lo que en la actualidad creemos que son. Aún en su época, se cree que la estimación de sus cálculos fue un verdadero desastre.
Y tu, ¿Conocías sobre estos singulares errores de la ciencia? En efecto, en el camino del aprendizaje son muchos los tropiezos que se cometen antes de materializar un gran hallazgo. Si te interesa seguir aprendiendo sobre el mundo de los científicos y sus extraordinarios aportes, no te pierdas nuestro artículo sobre los inventos científicos que cambiaron la historia.