Bien decía la novelista francesa Colette, en una de las más célebres frases de animales, que «Nuestros compañeros perfectos nunca tienen menos de cuatro patas.» En efecto, los perros, los gatos o los caballos, demuestran a todas luces cuánto de integración, conexión y lealtad pueden desarrollar con el hombre. Pero hay otros animales que, lejos de la docilidad, son la verdadera representación de los enigmas y misterios de la madre naturaleza. Las curiosidades de los lobos nos dibujan la magnificencia de un animal imponente, exótico y de difícil acceso. Pero entre todos ellos, hay quizás una sub especie que ha conquistado la intriga de los curiosos a lo largo de los siglos. Acompáñanos en Supercurioso a conocer todo sobre los fascinantes lobos negros. ¡Empecemos!
Los lobos negros y su relación con el entorno
Cuando nos dicen la palabra «lobo» pensamos de inmediato en esos lobos grises o pardos, en esos animales de cuerpo grande, pero delgado que nos observan con sus profundas miradas del color de la luna en verano. Pero los lobos negros, fascinantes y muy exóticos, son quizás los más llamativos entre ellos. Se trata de criaturas esquivas y muy difíciles de ver. Tan es así, que más de uno ha llegado a creer que no son más que un producto de la cinematografía.
De hecho, su presencia se limita casi exclusivamente al territorio norteamericano. En general, la tonalidad del pelaje de los «canis lupus» se debe básicamente al hábitat donde se desarrollen. Así, por ejemplo, aquellos que vivan en la tundra serán un poco más claros para camuflarse en el terreno y poder cazar en un escenario donde las plantas tienen una estatura más baja. Pero ¿qué hay de esas zonas boscosas, de espesura frondosa y con muchas sombras? Es el mundo ideal para que se desarrollen los lobos más impresionantes de la naturaleza: los lobos negros.
¿Por qué tienen el pelaje negro?
El hábitat frondoso, oscuro y repleto de sombras es uno de los elementos que pueden influir en la existencia de los peculiares lobos negros. Pero, además de esta hipótesis, las características físicas de este animal se deben también al melanismo. Una pequeña mutación del gen K. Llegado este punto seguro que te estarás preguntando por qué son exclusivos de Norteamérica, sabiendo que en Europa, por ejemplo, también hay regiones de densos bosques. Aquí es donde reside el verdadero misterio de los lobos negros que tanto inquieta a los biólogos.
Para responder a esta incógnita se ha planteado una interesante posibilidad: la hibridación. Es muy posible que antiguos pobladores de los bosques de Norteamérica que practicaban la crianza de perros, llegaran a cruzar perros domésticos con lobos grises. Para ello, debieron utilizar perros melánicos, es decir, «perros negros» que, a su vez, se cruzaron con los típicos lobos grises de la zona. De ahí que sean exclusivos de esta parte del mundo en particular.
Para llegar a esta conclusión se basaron en los análisis que realizaron a unos lobos negros de la zona de Yellowstone, descubriendo que, efectivamente, tenían rastros genéticos de ser cruces con perros comunes, pero, eso sí, canes con melanismo. Un factor que propició que dicha característica genética se fuera heredando progresivamente hasta originar esta raza tan impactante de lobos.
Tampoco podemos pasar por alto que se han visto a su vez lobos negros en Asia, Serbia e, incluso, Escocia. De ahí que, según los biólogos, lo más probable es que algún animal fuera llevado desde Norteamérica, pero lo que sí parece quedarnos claro es que, efectivamente, son una variante del lobo gris debido al cruce con simples perros domésticos. No obstante, ello no evita que sean tan bellos, como salvajes.
¿Cómo es el cuerpo y hábitos de vida de los lobos negros?
Los lobos negros son ligeramente más grandes que sus parientes grises. En la edad adulta, su peso puede oscilar entre los 35 y los 70 kilogramos. En cuanto a la altura, suelen superar los ochenta centímetros. Otro aspecto que destaca en la constitución y habilidades de este peculiar animal, es su rapidez de desplazamiento. De hecho, son capaces de lograr velocidades de entre cincuenta y setenta kilómetros por hora, cuando se disponen a perseguir y a cazar una presa.
Los lobos negros son de pelaje grueso y patas muy fuertes. Las traseras son levemente superiores, lo que les permite tener más fuerza y facilidad de movimiento. El grueso de su pelo es fundamental para ayudarle a mantener su calor corporal, por lo que la vida en entornos de frío extremo no representa un problema para estas criaturas.
En cuanto a sus hábitos de alimentación, como era de esperarse, los lobos negros son carnívoros. Pueden cazar tanto solos como en manada. Generalmente, escogen el trabajo en equipo cuando se disponen a cazar presas que son muy grandes. Prefieren salir a buscar sus alimentos de noche, aprovechándose de la oscuridad para tomar con más facilidad a las presas. Su promedio en cuanto a la cantidad de alimentos es unos tres kilos de carne por día. Pero si se da el caso de que pasen varios días sin lograr cazar nada, pueden llegar a comer más de diez kilos de carne, cuando el hambre les apremia. Sus presas más comunes son los ciervos, bueyes, ovejas y conejos.
Otros animales salvajes que debes conocer
Y así como los lobos negros nos seducen por su salvajismo y su peculiar originalidad, también hay en el entorno natural infinidad de especies salvajes. Algunas destacan por sus cualidades, su rareza, su belleza o incluso su fealdad. Te invitamos a que conozcas los mejores datos de algunas de ellas.
- La serpiente Ringneck.
- Los calamares gigantes.
- El pez volador.
- La serpiente cascabel.
- El pato zambullidor.
- El pez borrón.
- El correcaminos.
Y tú, ¿Conocías la peculiar historia de los lobos negros? ¿Imaginabas que podían ser producto del raro cruce de un lobo con un perro? Si este tema te ha llamado la atención, quizás también te interese conocer un poco más sobre los datos curiosos de los gatos negros. ¡Nos encontramos en un próximo artículo supercurioso!