Elegantes, inteligentes, fieles y con un matiz de sublime misterio. Los gatos han fascinado a la humanidad desde tiempos remotos, hasta el punto de convertirse en una de las mascotas más valoradas y universales. Pero, si hay una cultura que los erigió, incluso hasta los altares de la deidad, fue la egipcia. Si eres un amante de los gatos, seguro que te encantará conocer cuál era el papel que cumplían los gatos en la cultura egipcia y la peculiar forma en la que muchas personas giraban en torno a sus deseos y su bienestar. Y es que, al contrario de lo que son ahora, adorables mascotas, los gatos en el Antiguo Egipto ostentaban un peculiar poder. Así que, ya sabes, si tienes una de estas encantadoras mascotas en casa, empieza a adorarlos como lo hicieron en un pasado, seguro que te lo agradecerán… Y ahora, sin más, acompáñanos en Supercurioso a conocer por qué los egipcios adoraban a los gatos.
La aparición de los gatos en la cultura egipcia
En Supercurioso nos declaramos fanáticos de Egipto y de toda la fantástica simbología que su cultura encierra. Y es que, tan solo trasladarnos a sus desiertos, a sus portentosas pirámides y esfinges, a la belleza salvaje y natural del Nilo, es toda una experiencia. Pero si además nos sumergimos en su acervo cultural, damos con un país que sencillamente nos fascina. Ya en una oportunidad te contamos sobre las curiosidades de los gatos en el Antiguo Egipto, pero en esta ocasión queremos hablarte sobre por qué era que los egipcios deliraban tanto por estos elegantes felinos. Y es que los gatos en el Antiguo Egipto no eran cualquier cosa. Son muchos los testimonios históricos que nos explicaron la reverencia absoluta del pueblo egipcio por los felinos.
Diodoro Sículo, por ejemplo, fue un famoso historiador griego del siglo I a. C., que pasó bastante tiempo en el Valle del Nilo. A lo largo de su prolífica obra, nos explica, entre otras cosas, el castigo que llegó a recibir un soldado romano cuando, estando en Alejandría, cometió la maldad de matar un gato. En cualquier otro país aquel acto hubiera pasado inadvertido, pero allí, aquel hombre fue juzgado y posteriormente ejecutado.
Otro importante historiador, Heródoto, nos habló de cómo las familias egipcias sufrían si alguno de sus gatos fallecía por accidente, teniendo que rasurarse las cejas como penitencia y llevar a cabo toda una ceremonia de oración en memoria del animal. En cuanto al enterramiento de los gatos en la cultura egipcia, también eran realmente curiosos. Se introducía a los animales en una especie de casillas sagradas, para después ser conducidos a la ciudad de Bubastis.
Ctesias, por su parte, médico e historiador griego del siglo V a. C, nos narró otro episodio en el que queda en evidencia el papel de los gatos en el Antiguo Egipto. Fue la batalla de Pelusium, en el 525 a. C. En ella sucedió algo realmente asombroso: los persas, conociendo el culto de los egipcios por los gatos, tuvieron la idea de pintar en sus escudos imágenes felinas (aunque se llegó a decir que muchos soldados pusieron en sus protecciones los cuerpos de gatos muertos), generando así un impacto tal ante semejante sacrilegio, que los egipcios se rindieron. Todas estas apariciones de los gatos en la cultura egipcia nos dan muestra de que para aquel pueblo, el felino no se trataba de un animal común, sino de un ser concebido como sagrado.
La finalidad de los gatos en el Antiguo Egipto
Los gatos en el Antiguo Egipto tenían una importancia clave para muchas familias: eliminaba plagas de ratas y disuadían incluso a las serpientes para que no entraran en el hogar. Se especula con que empezaron a entrar en los hogares para vivir con los humanos en torno al 3800 a.C., fecha en la que se datan los primeros entierros de gatos. En muchas tumbas de la época, como puede ser la de la XVIII Dinastía, vemos a estos animales situados siempre debajo de las sillas de reyes y nobles.
Otro ejemplo destacable fue el del hijo de Amenofis III, el príncipe Tutmosis, un niño que murió tempranamente y que no llegó a reinar. Se le suele representar siempre junto a una gatita llamada Myt. Cuando este animal murió se le hizo un bello sarcófago de piedra donde vemos inscripciones de cómo la gata, posteriormente, acude junto al propio Osiris. Fue enterrada en la necrópolis de Menfis (hoy está en el Museo de El Cairo), teniendo además la oportunidad de contemplar incluso las ushebtis que se colocaron en su tumba. Como sabrás, son esas pequeñas figurillas mágicas destinadas a sustituir al difunto en las tareas del otro mundo, pero, eso sí, estas son realmente especiales, puesto que disponen de cabeza de gato.
¿Por qué los egipcios adoraban a los gatos?
Ya hemos repasado un poco sobre el papel y la imagen que se tenía de los gatos en el Antiguo Egipto. Pero… ¿De dónde surge tal fascinación? ¿Cuál es la fuente que lleva a la cultura egipcia a adorar a los gatos con tal devoción, a que incluso tengan el honor de acompañar a las personalidades más altas de la sociedad, hasta sus tumbas? Pues, la respuesta a todas esas preguntas se encuentra en la propia mitología egipcia,
Y es que, ¿Cómo no convertir a los gatos en dioses? Era algo inevitable: podían ver en la oscuridad, sus ojos tenían el brillo del sol y sus personalidades disponían de un misterio enigmático, donde se alternaba lo huraño con la fidelidad más cercana. Pues, la devoción a los gatos proviene de una diosa egipcia. La deidad que encarnaba el espíritu de los gatos era Bastet, una diosa pacífica que ofrecía luz y felicidad, una criatura que, cuando se enfadaba y debía proteger a alguien, adquiría aspecto de fiera leona. Su carácter era, pues, impredecible (como el de los gatos). Podía pasar de la más dulce ternura a la violencia más afilada, si el deber se lo exigía.
Protegía a las familias y a los hogares egipcios, también a las mujeres embarazadas. El culto a Bastet tiene su origen en tiempos muy, muy remotos, apareciendo ya en el «Libro de los muertos» o en «Los textos de las pirámides», teniendo su ciudad en Bucastis, la actual Zagazig, en el Delta del Nilo.
Como puedes ver, el valor de los gatos en la cultura egipcia es realmente entrañable e interesante. Vieron en ellos la representación de esos seres capaces de defenderlos, de mostrarse dóciles y a la vez fieros si debían protegerlos. Unas criaturas dotadas de misterio, que tenían, además, el poder del sol en su limpia mirada. ¿Cómo negarlo? Si te gustan los gatos, seguro que estarás de acuerdo con esta cultura siempre tan apasionante.
Y tú, ¿Conocías el fascinante universo de los gatos en el Antiguo Egipto y toda la simbología que encierra? Si te ha gustado este artículo, te invitamos a que no te pierdas este otro sobre las mejores Curiosidades de los Gatos. ¿Sabes por qué aman tanto las cajas de cartón? ¿O por qué detestan bañarse? Si tienes uno de estos amigos de cuatro patas en tu hogar, seguro que adorarás saber estos datos. ¡Nos encontramos en un próximo tema supercurioso!