Los cuentos de la factoría Disney han acompañado las infancias de generaciones enteras. Sus historias, generalmente de héroes y villanos, siempre buscan sembrar ilusión, esperanza y valores. Pero, las versiones originales de cuentos infantiles parecen tener poco que ver con esto. De hecho, muchas de las historias que acompañaron nuestras propias infancias, e incluso las de nuestros padres e hijos, tienen una versión real bastante más cruda, que en ocasiones se torna incluso aterradora. Es justo lo que ocurre en el caso de la Bella Durmiente real. Y es que esta hermosa princesa que es víctima del encantamiento de una bruja malvada, pero que es rescatada por su príncipe azul, tiene una versión real muy diferente. Hoy en Supercurioso nos animamos a contarte la verdadera historia de la Bella Durmiente. ¿Nos acompañas? Pues, ¡Empecemos!

Lo que sabemos todos, a grandes rasgos, de la historia de la Bella Durmiente, es que se trata de una joven princesa, que en su nacimiento recibió la maldición de una bruja y, al cumplir quince años, quedó desvanecida, condenada a un sueño eterno. Pero sus hadas madrinas aliviaron la pena, decretando que el beso de un príncipe encantador, su verdadero amor, la traería de vuelta a la vida. Pues, la Bella Durmiente real poco tiene de princesa, y su situación, bastante menos de romántica. Veamos…

La verdadera historia de La Bella Durmiente

La verdadera historia de la Bella Durmiente

Pocos cuentos disponen de esos trazos tan dulcificados y perfectos, escenas orladas de esa dicha tan adecuada para cualquier mente infantil y para los amantes de esos finales felices a los que siempre nos acostumbra la factoría Disney y sus películas.

Sin embargo, ya sabes que en Supercurioso nos gusta examinar con lupa y desentrañar la verdadera y oscura realidad de estos relatos clásicos, solo aptos para adultos… Para empezar el relato de la verdadera historia de la Bella Durmiente, es necesario hacerte saber que es muy diferente a lo que tenemos en mente, lo que nos muestra la película.

La primera versión de este cuento se rastrea hasta el año 1636, con una leyenda llamada Sol, Luna y Talía. Se trataba de un cuento que formaba parte de una colección llamada «Pentamerone». Su autor era un caballero italiano, Giambattista Bassile.

En esta narración de la Bella Durmiente real, se cuenta la historia, no de Aurora, sino de Talía. Sigue habiendo una maldición, un hechizo del que sabios y astrólogos advierten a los monarcas del reino: cuando la heredera sea una adolescente, se pinchará con una astilla envenenada oculta entre el lino. ¿Y qué hace el rey? Prohibir la entrada de lino al palacio. Como era de esperar, no sirve de nada. La muchacha acaba pinchándose con la aguja de una rueca para hilar lino.

El rey, desolado, lejos de enterrarla, la deja en su habitación cubierta por un manto de terciopelo. Después, abandona el palacio. Hasta aquí, como puedes ver, la verdadera historia de la Bella Durmiente es bastante similar a la del cuento de Disney. Pero ahora llega la gran diferencia…

Pasan unos 100 años, y un día, un joven noble aparece por los alrededores acompañado por su halcón y sus perros. Está cazando, y casualmente se encuentra con ese palacio abandonado. Llevado por la curiosidad, decide entrar, llevándose una grata sorpresa. Hay una joven muchacha que parece dormida. Al ver que no puede despertarse, el noble decide aprovecharse y simplemente… la ultraja. Viola a la joven Talía.

El drama de la Bella Durmiente real

Como ves, en la historia de la Bella Durmiente real, no es un romance idílico el que la despierta. Más bien es la víctima de una cruel violación. Nueve meses después nacen dos niños: Sol y Luna. La joven aún está inconsciente, así que los bebés son cuidados por las hadas.

Un día, mientras el niño está buscando el pecho de su madre para alimentarse, coge casualmente su dedo. Lo chupa y le extrae el veneno. El hechizo se rompe. Aquí, como puedes ver, no hace falta ningún beso de amor.

Tiempo después el joven noble vuelve al palacio. ¿La razón? Le apetece «visitar» una vez más a su princesa desvanecida. Su sorpresa es monumental, no solo por ver a la joven despierta, sino porque está acompañada de dos niños. ¿Qué ocurre entonces? Nada especial. Talía se alegra de lo ocurrido y pasan juntos unas semanas. Después el noble la deja para volver con su familia, porque, claro está, ya dispone de su propia esposa.

El peor problema en la verdadera historia de la Bella Durmiente llega cuando la esposa de nuestro noble descubre a la «familia secreta» de su marido. Llevada por la rabia, ordena que se queme a Talía en una hoguera y que los niños -Sol y Luna- sean asesinados y cocinados para que su infiel marido se los coma sin saberlo.

Pero tranquilo/a… este cuento tiene final feliz a pesar de todo. En el momento en que la joven muchacha va a ser quemada en la hoguera, decide quitarse una a una sus piezas de ropa y, de pronto, cada una de ellas emite un sonido espantoso al entrar en contacto con el fuego. Dicho sonido, capta la atención del noble que, aterrado, logra detener dicho sacrificio.

¿Y qué hay de Sol y Luna? El cocinero se niega a cumplir tal sacrilegio. Lo que sirvió en la mesa, engañando a su señora, era en realidad carne de cabra. Una proeza que el noble agradece nombrándolo tesorero real. El cuento acaba en boda y en una familia feliz y unida originada de la casualidad. Eso sí, al final, la aventura extramarital del joven y su secreto «ultraje» no tiene castigo, pero sí una extraña recompensa.

La dulcificada versión de Perrault y de los hermanos Grimm

la bella durmiente real

Como te darás cuenta, la historia de la Bella Durmiente real no es apta para el público infantil. Cuando Perrault quiso introducir en sus obras el cuento de Talía y de sus hijos, fue consciente de que debía hacer algunos pequeños cambios. Lo primero que hizo fue eliminar la violación. Algo así era, obviamente, inconcebible.

La princesa sería despertada por un beso, el beso de un príncipe amable, servicial y dulce con el que se casaría de inmediato. Además, tendrían dos hijas, las cuales, junto a ella misma, serían terriblemente odiadas por la madre del príncipe -aquí se repetiría una vez más el intento de cocinar a los hijos de la pareja-.

El cuento se llamó, como ya sabes, «La Bella Durmiente del Bosque». Más tarde, nuestros queridos Hermanos Grimm nos trajeron la versión más almibarada, la que todos conocemos. Esa interpretación más aséptica que podemos contar a los más pequeños con total tranquilidad. ¿Con qué versión te quedas? ¿Con la verdadera historia de la Bella Durmiente? ¿O con la de Disney?

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