En el universo de los síndromes extraños que aquejan a las personas, uno particularmente llama nuestra atención, por sus rarísimas características. Se trata del síndrome de Charles Bonnet. Si alguna vez has escuchado hablar de él, o si conoces a alguien que lo padezca, coincidirás con nosotros en que es verdaderamente raro. Para quienes viven con este síndrome, su realidad, de pronto, se distorsiona con la sucesión de imágenes increíbles.
Cuerpos distorsionados, perspectivas extrañas, contornos donde asoman de pronto asombrosas siluetas y criaturas desproporcionadas. La realidad, de pronto, se aprecia como si nos halláramos en una dimensión diseñada a partes iguales por Salvador Dalí y Tim Burton. Alucinaciones visuales muy complejas donde las personas, son muy conscientes de que lo que ven, no es normal. Pero, ¿En qué consiste en concreto este peculiar síndrome? Acompáñanos en Supercurioso, a conocerlo.
¿Qué es el síndrome de Charles Bonnet?
Las personas que padecen del síndrome de Charles Bonnet no están dementes. No presentan ningún tipo de alteración psiquiátrica. Sin embargo, el mundo que tienen ante sus ojos empieza a ondular en un tiovivo de alucinaciones visuales, donde los objetos inanimados cobran vida. Así, sin más.
Los colores son más intensos y cambian a cada instante, las perspectivas adquieren patrones imposibles donde uno no puede distinguir qué queda cerca y qué se halla a una distancia imposible. Su origen es tan raro como su característica.
El origen del síndrome de Charles Bonnet
El síndrome de Charles Bonet fue acuñado en el año 1769 por el fisiólogo y biólogo del mismo nombre.
La razón de que lo hiciera era simple: nueve años antes, su abuelo, Charles Lullin, empezó a experimentar unos fenómenos desconcertantes. El anciano tenía 89 años. Su única dolencia eran unas molestas cataratas que le dificultaban mucho el orientarse y ver con normalidad. Por lo demás, estaba bastante bien.
Ninguna demencia, buenas facultades y muchas ganas de seguir viviendo. Sin embargo, un día, comentó asustado que algo le estaba ocurriendo… De pronto su tranquilidad se vio asaltada por la presencia de formas extrañas, de animales desproporcionados, de siluetas de colores que se abalanzaban sobre él.
Nadie más lo veía. ¿Qué estaba ocurriendo? Charles Bonnet pensó que su abuelo, estaba ya perdiendo la razón. Era muy mayor y, sin lugar a dudas, algo así era esperable. Pero había algo que no encajaba.
El anciano Lullin seguía razonando muy bien y comprendía que lo que estaba viendo no era normal. Disponía de lógica y estaba tan contrariado por sus visiones como cualquier otra persona asustada ante algo que no entiende. Fue justamente esto lo que encendió las alarmas de la investigación, que derivaría en el acuñamiento del síndrome de Charles Bonnet.
El investigador, decidido a averiguar qué ocurría con su abuelo, siguió estudiando y encontró casos similares. Notó entonces que existía un patrón claro: siempre eran personas de edad avanzada y con problemas de visión, como cataratas.
Y, curiosamente, esas alucinaciones visuales casi siempre eran las mismas: animales desproporcionados, cabezas grandes, sombreros y botellas que emergían de la nada, colores intensos, flores y árboles gigantes… formas que duraban unos pocos segundos o como mucho una hora, para después desaparecer bruscamente.
1. La teoría formal del síndrome
Charles Bonnet acuñó este síndrome con su propio nombre, describiéndolo en 1769 como una serie de alucinaciones visuales que aparecen básicamente en personas que están perdiendo su visión.
Su origen estará en la degeneración macular, ahí donde nuestras células sensibles a la luz empiezan a fallar. Poco a poco van dejando un punto ciego donde la visión se distorsiona y falla.
También el conocido glaucoma o las cataratas pueden ocasionar el síndrome de Charles Bonnet y casi siempre se ve muy asociado a personas mayores que van limitando mucho su interacción social. La soledad y la pérdida paulatina de visión pueden ocasionar estas alteraciones visuales que, como decimos, no se acompañan de ningún tipo de demencia.
Algunos estudios sugieren que la razón por la que suceden estas alucinaciones se debería a una reacción del propio cerebro para compensar la escasez de estímulos visuales que recibe, utilizando seguramente las mismas vías que cuando soñamos o tenemos pesadillas, aunque aún no queda claro.
Lo que sí sabemos es que la persona que sufre el síndrome de Charles Bonnet sabe en todo momento lo que le está ocurriendo. Lo cual puede ser muy traumático e impactante. Porque de pronto, nuestra realidad adquiere matices realmente asombrosos: caras flotantes, trenes que aparecen de pronto por el dintel de la ventana, animales asomando por la chimenea…
Otro dato a tener en cuenta es que dado que la mayoría de las personas saben lo que les está sucediendo no es normal, deciden precisamente no decirlo. Disimular lo que les sucede. No hablarlo con su médico porque, sencillamente, creen que van a ser etiquetadas como psicóticas o dementes.
Y algo así como podemos comprender, puede llegar a ser muy complejo en el caso de los ancianos, incapaces de atreverse a pedir ayuda o apoyo.
2. Los síntomas del síndrome de Charles Bonnet
Como hemos visto, las alucinaciones son el principal síntoma del síndrome de Charles Bonnet. Sin embargo, conviene especificar un poco más sobre las más recurrentes. En primer lugar, lo más común es que se presenten cuando la persona recién despierta. Entre las figuras más recurrentes, según los casos que han sido estudiados, están las siguientes:
- Los patrones repetitivos de líneas, puntos u otras figuras geométricas.
- Los paisajes, como montañas o cascadas.
- Las figuras de personas, animales o insectos.
- También pueden aparecer personas con disfraces o trajes de tiempos pasados.
- Por último, son comunes las criaturas imaginarias, como dragones.
Cada caso tiene sus variantes propias. Hay personas a las que estas alucinaciones se les presentan en color o en blanco y negro. Para algunas duran segundos y para otras pueden llegar a durar horas. También hay variantes en cuanto a si las imágenes se mantienen fijas o tienen movimiento.
Si te preguntas por el tratamiento que se les da a las personas con síndrome de Charles Bonnet, por lo general basta con informarles que lo que ven, es una simple alucinación por un problema visual. Indicar además que estas visiones no son muy recurrentes, las podemos tener unos meses, pero luego, pueden desaparecer para siempre.
Otros síndromes extraños
Y además del raro síndrome de Charles Bonnet, existen otros trastornos y afecciones que resultan verdaderamente curiosas. Por eso, hemos decidido dejarte esta breve selección con síndromes sorprendentes y asombrosos, que esperamos conozcas solo a través de la teoría.
- Síndrome de Cotard, el delirio de creer que estás muerto.
- Síndrome de Enclaustramiento, estar atrapado dentro de tu propio cuerpo.
- Síndrome de Amok, la enfermedad de los asesinos en serie.
- Síndrome de Fregoli, conocer a desconocidos.
- Síndrome de Stendhal, cuando el arte duele.
- Síndrome de Noé, acumular animales.
- Síndrome de Estocolmo, enamorarse de tu secuestrador.
- Síndrome de Münchhausen, provocarse enfermedades.
Y tú, ¿Habías escuchado hablar sobre el raro síndrome de Charles Bonnet? ¿Sabes de alguien que lo padezca? Sin duda que la mente humana es un laberinto en el que aún son muchas las cosas que nos faltan por comprender. Si éste es un tema que te apasione, no te pierdas el artículo en el que te contamos sobre las más interesantes curiosidades del cerebro. ¡Nos encontramos con un próximo tema!