Al igual que el estrés, la ansiedad o la depresión, las fobias se cuentan entre los problemas psicológicos más comunes de la sociedad moderna (puedes consultar aquí qué es una fobia). Prácticamente cualquier objeto o elemento puede estar sujeto a convertirse en una fobia para algunas personas. No en vano, existen fobias realmente raras, como el miedo a conducir (amaxofobia), el miedo a ser observado (escopofobia) o el miedo al fondo del mar(talasofobia). Todos estos miedos patológicos pueden ser realmente incapacitantes. Uno de ellos es la fobia a la sangre, que resulta ser una de las fobias más comunes. Hoy en Supercurioso queremos profundizar en qué es la hemofobia. ¿Nos acompañas?
Qué es la Hemofobia y qué significa
Cuando te enfrentas a un miedo, tu cuerpo tiende a pasar a la acción, enviando señales que hacen que tu corazón se acelere y tu presión arterial aumente de un modo brutal e instantáneo. Este proceso se da cuando se experimenta cualquier fobia. El cuerpo se activa al 100% con todas, menos con una: la que involucra la sangre. Veámoslo con más detenimiento.
Cuando una persona experimenta un miedo irracional tan exacerbado, se desencadena lo que se conoce como reacción fóbica. El cerebro reacciona trasladando esta reacción fóbica directamente al sistema nervioso simpático. Se produce entonces un aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Empezamos a sudar, temblamos y nuestros músculos se tensan. El cuerpo interpreta que está siendo amenazado y que debe mantenerse en alerta. Pero con la fobia a la sangre, todo es diferente.
Cuando hablamos de qué es la hemofobia, nos referimos a un tipo de miedo crónico y exacerbado que se comporta diferente al resto. En vez de que nuestro cuerpo se alerte y se prepare para la amenaza, pasa todo lo contrario: ¡se desmaya! Este tipo de reacción se llama respuesta vasovagal y se desencadena a partir del nervio vago, parte del sistema nervioso parasimpático. Este nervio vago, de algún modo, «enloquece» y provoca una caída de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial, generando mareos, sudoración, desmayos y lo que conoce como visión de túnel.
¿Es normal sufrir un desmayo por ver sangre?
Ahora bien, ¿es normal sufrir un desmayo por ver sangre? Pues la realidad es que no se trata de algo extraño. Cuando hablamos de qué es la hemofobia, nos referimos a un miedo que la persona que lo sufre no es capaz de controlar. Es incapacitante y muy severo. Pero esta es una de las fobias en las que las personas tienen menos dominio de sí mismas. En vez de alertar y prevenir, la fobia a la sangre sume el cuerpo en un estado de vulnerabilidad, fragilidad y debilidad, que en ocasiones puede llegar a ocasionar un desmayo.
No existe una respuesta absoluta a por qué ocurre esto, aunque son muchos los expertos que han sugerido que desmayarse ante la visión de la sangre es un vestigio evolutivo del instinto de hacerse el muerto en presencia de un peligro. Por otro lado, también hay quienes se inclinan por un origen evolutivo diferente: si nuestros antepasados fueron heridos – ya fuera por otro humano o por un depredador -, una caída en la presión arterial habría ayudado a mantener la pérdida de sangre al mínimo y asegurar su supervivencia futura.
Las causas de la hemofobia
Comprender qué es la hemofobia implica también aproximarse a las causas que la generan. Este temor patológico comparte elementos desencadenantes con otras fobias, pero también algunos le son exclusivos. Veamos los más importantes:
1. El factor genético
A pesar de la incertidumbre del origen evolutivo de la hemofobia, sí hay algo claro: la fobia a la sangre es probablemente genética. Más del 60% de las personas que comprenden y viven en carne propia qué es la hemofobia, tienen un pariente de primer grado con el mismo padecimiento. Incluso, los estudios han demostrado que los gemelos idénticos son más propensos a compartir la fobia que los gemelos fraternos. Como vemos, se trata de una predisposición particular.
2. La influencia familiar
Además del componente genético al definir qué es la hemofobia y cómo se exterioriza en las personas que la sufren, la influencia familiar también resulta determinante, desde el punto de vista social. Si una persona convive con otras que tienen fobia a la sangre, tenderá también a imitar de modo inconsciente este tipo de comportamientos, o a «heredar» de alguna forma su rechazo.
3. Las experiencias negativas
Por último, otro factor que puede ser causal del desarrollo de fobia a la sangre es el hecho de haber tenido experiencias pasadas traumáticas que estén asociadas a la presencia de la sangre, como intervenciones quirúrgicas o heridas graves propias o de personas cercanas.
¿La hemofobia tiene tratamiento?
Cuando hablamos de qué es la Hemofobia, nos enfrentamos a un temor que para muchos resulta una verdadera incapacidad. El simple hecho de contemplar la sangre puede llevar a una persona a perder el conocimiento. Este no es un fenómeno oscuro: la fobia a la sangre afecta a entre un 3% y un 4% de la población general. Afortunadamente, la ciencia nos explica que esta fobia puede curarse: un estudio realizado en el año 1991 mostró que después de cinco sesiones de estar expuestos a su fobia, hasta el 90% de los sujetos dejaron de experimentar la mayoría de sus síntomas.
En efecto, el tratamiento de la fobia a la sangre, tal como ocurre con la mayoría de las fobias, debe partir del abordaje psicológico del individuo, del tratamiento y moldeo de su conducta. Para ello, la mejor vía de cura es la terapia psicológica, bajo el enfoque cognitivo conductual. Además de las terapias tradicionales en las que el profesional acompañe al paciente en encontrar el origen de su miedo, se plantea como efectiva una terapia de exposición.
Se trata básicamente de exponer a la persona a su fuente de temor, en este caso la sangre, de una forma gradual y progresiva. Es lo que se conoce como desensibilización sistemática, en la que la persona va generando un efecto de habituación ante el estímulo desagradable, pudiendo también controlar el nerviosismo y la ansiedad asociados a la fobia a la sangre. Suele acompañarse de técnicas de relajación muscular y respiración.
Y tú, ¿sabías qué es la Hematofobia? ¿La padeces? ¿Tenías idea de que los desmayos producidos por la fobia a la sangre, tienen una causa orgánica? Déjanos todas tus opiniones en un comentario. ¡Estaremos deseando leerte! Y si quieres profundizar en los aspectos más curiosos de este tema, no te pierdas esta selección de las más insólitas fobias de famosos.
Otras fobias que debes conocer
Ahora que concluimos con nuestro artículo sobre la hemofobia, queremos dejarte con esta selección de fobias. ¿Tienes alguna de ellas?
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