Aunque es conocido mundialmente como el mejor amigo del ser humano, no todos los humanos ven a los perros como sujetos amistosos e incluso llegan a tenerle un temor extremo, al punto de considerarse una fobia, es decir, un miedo irracional y desproporcionado a algo o alguien. El miedo a los perros no es tan raro como podríamos pensar.
Las fobias a determinados animales son muy comunes y aceptadas, en especial las que involucran a arañas, cucarachas o roedores; sin embargo está menos difundido el temor irracional a los perros considerado como una fobia, y eso que hasta nombre tiene: cinofobia. Así se llama el miedo a los perros.
Cinofobia: miedo a los perros
Este término deriva de dos palabras griegas: κύων, kýōn, «perro» y φόβος, phóbos, «miedo», y se utiliza para nombrar el miedo irracional a estos animales, no el simple desagrado o el rechazo por razones higiénicas o por falta de empatía, sino el verdadero pánico en presencia de estas mascotas.
Antes de seguir recordemos cuándo se puede hablar de una fobia: cuando hay sufrimiento o malestar debido a un miedo desproporcionado causado por algo o alguien que no justifica semejante temor ni las acciones que se toman para evitarlo.
Los síntomas no pueden ser más claros: parálisis en presencia de un perro –y a veces ante la sospecha de su presencia–, alteración del ritmo cardíaco y de la respiración, sudoración excesiva, náuseas, contracciones estomacales y en casos muy agudos, diarrea y desmayo. La fobia puede ser a determinadas razas o a todos los perros, sin importar su tamaño o forma, y tiende a agrandar el peligro y a disminuir la capacidad para defenderse del individuo afectado.
Socialmente la gente suele ser más comprensiva con ciertos miedos irracionales, como el que se puede sentir por insectos, y en cambio ser menos tolerante con el miedo extremo a los perros, aun sabiendo que determinadas razas pueden ser verdaderamente peligrosas y hasta mortales, si han sido entrenadas para ello. No es raro que alguien con cinofobia sea tachado por sus amigos y conocidos como miedoso o cobarde, a causa de un temor que realmente escapa a su control.
La creencia más extendida es que la cinofobia, el miedo a los perros, suele aparecer en los primeros años de vida, aunque hay informes del desarrollo de esta fobia en personas de 20 años, y surgir debido al ataque de un perro o a una situación traumática con alguna mascota de esta clase. Sin embargo también es posible que se trate de un rechazo heredado, si alguno de los progenitores era cinófobo.
Quizás tú no sufras de cinofobia, pero es muy probable que algún amigo, pariente o conocido sí sea víctima de esta perturbación. La próxima vez que alguien a tu lado se paralice ante un pequeño animal, ofrécele tu comprensión y apoyo, o espanta al can.
Si te interesan estos temas, te sugerimos varios artículos, como el de la nomofobia, el miedo a hablar en público o el de la coulrofobia. Después de todo, las fobias no son tan extrañas.
Yo padecía esta fobia de pequeña porque fui atacada por un Rotweiler…pero todo cambió cuando tuve mi primera perra. Luego me fui interesando más y más en los perros,y cuando mi primera perra murió adopté a otra.Ahora tengo dos perros,he aprendido mucho sobre psicología animal y la veterinaria es mi pasión…. Creo q la mejor forma de superar la fobia a un animal,es conocer como es realmente y el porqué de sus actos ( aunque tengo fobia a las cucarachas)